La dirección de la película resalta la crítica a las dinámicas misóginas y machistas que la mujer enfrenta a diario, mostrando la brutalidad de los ataques sin necesidad de ser muy explícita. La película es un contundente comentario sobre el control, la manipulación y el asalto a las mujeres por su género.
La película plantea preguntas profundas sobre el control de nuestro destino, el rol del cuerpo médico y el sacrificio por vivir unos años más.
La puesta en escena, la escenografía y la música contribuyen a que esta película atrape a la audiencia de principio a fin, invitándonos a reflexionar sobre temas siempre actuales como la justicia, la venganza, la traición, la piedad y la paciencia.
Su condición oculta y la discriminación de género que predominaba entonces pueden no justificar, pero sí explicar su conducta. En contraste, las acciones de Trump carecen de excusa.
La historia de Olfa se remonta a su infancia, a sus dos matrimonios, y a su lucha por la libertad. La película es un viaje íntimo al corazón de una familia rebosante de esperanza, rebeldía, violencia y solidaridad.
Los relatos fantásticos que la cámara logra mostrar transportan tanto a la niña como a la audiencia por fabulosos escenarios y paisajes, que terminan siendo un homenaje a los contadores de cuentos, al amor, al poder de la imaginación y al cine como el medio por excelencia para representarlos.
La narrativa se divide en tres partes, representadas por las estaciones de verano, otoño e invierno, que marcan la estructura del trabajo del restaurante y sirven como metáfora de la evolución de la relación.
Es una película profundamente humana que invita a reflexionar sobre la experiencia de las familias que enfrentan problemas de salud mental. Además, resalta la importancia de aceptar la diversidad en lugar de intentar cambiar a los demás.
La cinta presenta a Jenny Navarrete en el papel de Ana María, una colombiana con problemas migratorios que cuida a una mujer mayor que sufre de demencia,
Reflexión de la más reciente cinta de Alice Winocour.