En un mundo donde las tensiones comerciales se resuelven en los estantes del supermercado, el café colombiano no es solo un producto: representa empleo rural, tradición y presencia internacional. Su historia sigue escribiéndose, entre desafíos globales y oportunidades que no podemos dejar pasar.
El desarrollo tecnológico podría ofrecer alternativas fundamentales para potenciar este modelo de América Latina emprendedora. Sin embargo, esto requiere inversión y voluntad política, algo difícil de lograr bajo líderes que priorizan el extractivismo.
Es necesario crear una nueva relación normativa con la naturaleza, donde la protección de nuestros ecosistemas sea vista no solo como una acción estratégica y pragmática, sino como un deber moral y cultural.
Es crucial diseñar sistemas de IA que no solo mejoren el acceso, sino que también fomenten la confianza en el gobierno, especialmente en un contexto donde la privacidad y la seguridad de los datos son preocupaciones crecientes.