Y finalmente reordenar el proceso de paz. Exigiendo de nuevo verdad, justicia, reparación y no repetición, pero sobre todo voluntad de paz a los grupos al margen de la ley. Sin negociar con narcotraficantes y retomando el control central de un proceso que no puede terminar construyendo una falsa “pax narca” o “pax atomizada y laxa”.
Destruyeron el sistema educativo, desconociendo el sistema mixto de educación superior y la autonomía universitaria y prácticamente acabando por inanición con el modelo de crédito de Icetex que hoy beneficia a cerca de 300 mil familias. Y todo sin lograr el aumento de cupos que prometieron.
Uno de los riesgos grandes de las democracias 3P, de populismo, polarización y posverdad (mentira), es que les interesa mantener una tensión popular permanente, una movilización constante para generar hoy positividad en el proyecto político, y claramente eso no se logra con políticas de largo plazo.
Triste afectar así el futuro de Colombia. Y aunque lo que digo no es políticamente correcto, lo hago porque debemos construir siempre pensando en el bien común. Nos tiene que importar siempre más el futuro del país.