La formación de talento no es solo responsabilidad de universidades y el sector público. El sector privado juega un papel clave, no solo como generador de empleos, sino como socio estratégico en la capacitación de habilidades.
Gobiernos y empresas deben colaborar para establecer normas que fomenten la transparencia, protejan la privacidad y promuevan la equidad, evitando que la IA perpetúe desigualdades o vulnere derechos fundamentales.
La infraestructura es la clave para desbloquear el verdadero potencial de las TIC en nuestras comunidades. Sin una red adecuada de conectividad, cualquier esfuerzo por mejorar la educación digital o implementar tecnologías avanzadas quedará incompleto. Es fundamental que avancemos con rapidez y eficiencia en la construcción de una infraestructura robusta, especialmente en las zonas más apartadas, para que el futuro digital sea inclusivo y accesible para todos.
Las TIC no son solo un elemento disruptivo; son la clave para un futuro laboral más dinámico, inclusivo y sostenible. Es hora de que dejemos de temer a la tecnología y empecemos a ver las infinitas oportunidades que ofrece. Si logramos aprovechar adecuadamente el potencial de las TIC, no solo estaremos creando nuevos empleos, sino también construyendo una sociedad más equitativa y próspera para todos.