Las narrativas son peligrosas cuando sirven para desviar la atención y perpetuar engaños. Por eso el país no puede permitirse otros cuatro años de incertidumbre y estancamiento mientras el presidente sigue gobernando desde Twitter, a base de excusas y cuentos mitológicos. La lucha no es solo política, es por quien domina la narrativa sin importar que tan falsa sea. ¡Es el momento de pelear la narrativa!
Aún hay quienes no están convencidos con el tema. Inclusive dos senadoras votaron en contra argumentando que el incremento pone en riesgo las finanzas del país, porque el presupuesto es inflexible.
No se trata de irse en contra de las redes sociales, sino de considerarlas una herramienta delicada que tiene sus tiempos, como un carro, que no se lo entregas a un niño hasta que tiene pase y aprendió a usarlo.
El gobierno colombiano debe entender que esto es una mala noticia por donde se le mire, y se debe poner en los zapatos de esas personas que están dispuesta a dejar todo, porque migrar es la única opción que le queda. Colombia no está ofreciendo las oportunidades necesarias para que sus ciudadanos prosperen, y esa es la verdadera raíz del problema.
Por estos ejemplos estoy convencido que si es posible desde el Estado tener una visión enfocada en lo realmente importante: darle oportunidades a la gente. Y ahí está la clave de un liderazgo efectivo, no perderse en disputas políticas, sino centrarse en resolver los problemas de las personas.
Pero más allá del cambio, en el tema económico en EE. UU. las percepciones desde el elector a esta problemática tienen un enfoque más técnico que el que tenemos en Colombia, donde por las altas cifras de pobreza, muchos de sus ciudadanos consideran que su problema económico se resuelve con subsidios.
Estamos en un momento decisivo para la costa. Todos debemos participar porque al final esta es una lucha por nuestra región ante el maltrato del gobierno. La historia nos ha enseñado que cuando el pueblo se une y lucha por lo que es justo, los resultados pueden cambiar.
Si el proyecto avanza, se rompe esa cadena de decisiones capitalinas, sin empatía por las realidades locales. Se romper ese poder casi monárquico del presidente, donde el país le rinde pleitesía. Se construirá país desde las regiones, creando una visión colectiva de lo que Colombia debe ser.
Esta columna es un homenaje a su figura, a su música y a su legado. Aunque Egidio haya partido, su espíritu vive en cada acorde de su música. Mientras existan las canciones de Carlos Vives y La Provincia, Egidio no solo vivirá, sino que será eterno.
El verdadero reto en este año y medio ya no es clasificar, sino prepararnos física y mentalmente, construyendo un grupo unido, profundo y competitivo para llegar a la cita con muchas variables futbolísticas. Es el momento de darle minutos a nuevos jugadores y fortalecer la cohesión del equipo.