En el plano local nuestra ciudad se desarrollaba de una forma en la que las capitales del interior nos sacaron mucha ventaja en todos los campos, pero hace unos 18 años un individuo le cambió el rumbo, y así Barranquilla ha ido recortando distancia y destacándose en el concierto nacional que hoy reconoce la labor liderada por Alex Char.
Considero que los habitantes de ambas poblaciones y los barranquilleros no deberíamos ser tan pasivos y estar más al tanto de los presupuestos desglosados de Soledad y de Puerto Colombia para poder exigir inversiones que realmente se vean y puedan comprobarse.
Ni un centímetro a negociación alguna, no es momento para ser pusilánimes, que encuentren acá una ciudad y región unidas por una justa causa.
Allí sí el despiporre es total y lo será más ahora que el recaudo del predial ha caído dramáticamente, manifiestan muchos que generado por la desconfianza de los contribuyentes. Así que si antes, con plata, la inversión era casi nula, ahora será peor.
Sus calzadas están deterioradas, los bulevares y glorietas construidos por urbanizadores privados se encuentran descuidados y sin jardines, tampoco hay parques ni buenos campos deportivos para esa numerosa comunidad. Hay puntos con una incómoda y desagradable problemática de aguas pluviales que se ha agravado con la construcción de “La Gran Vía”.
Lo que no se comprende es por qué la gobernación no ha condicionado todas esas inversiones a que el municipio cumpla con significativos aportes en obras de infraestructura que son indispensables para resaltar a las primeras y para que se vea un equilibrio entre esas bellas obras y sus alrededores hoy en condiciones lamentables, sin parqueaderos, o tan deterioradas como la muy importante vía de Pradomar a la plaza.
Si nos unimos todos y ni uno solo paga valorización tendrían que embargar a todos los predios afectados y no recogerían un peso. Sería una gesta victoriosa y sentaríamos un precedente que hasta pasaría a la historia. Vale la pena implementar una agresiva contra-campaña para lograrlo, y así hacerles lo que se merecen.
La propuesta consistiría en que la alcaldía reparara sus calzadas y separador central incluyendo cambio de los terribles postes actuales por unos metálicos que generen más claridad al sector, y los privados financiaran la mejora de los andenes, de las fachadas y de las actuales rampas de parqueo.
Pero lo que más ha afectado a nuestra calle 72 es el abandono total por parte del Distrito, con repetidos anuncios de ampliación que nunca prosperaron. Hoy con las limitaciones financieras y el abanico de obras en ejecución en la ciudad, suponemos, y ojalá me equivoque, que durante estos 4 años de Alex, esa vía no será ampliada.
Indudablemente nuestra majestuosa catedral María Reina se engalanaría y dinamizaría luciendo la esbelta y moderna torre propuesta en pasada columna, para lo cual se requiere el apoyo de todos los católicos de la ciudad.