Aunque absurdamente se hayan demolido en el pasado decenas de mansiones que gozaban de una bellísima y muy valiosa arquitectura, aún quedan muchas que ameritan ser destacadas y hasta incluidas en la oferta cultural y turística de nuestra ciudad.
Me comentaron que eran maquetas de esculturas de artistas locales, modernas con formas y características muy variadas, financiadas por el municipio, que estaban concursando para conocer cuales lograrían ser premiadas por su calidad artística, y así ser financiadas por empresas locales para desarrollarse con sus dimensiones y materiales definitivos. No vi ninguna escultura tipo estatua en ese parque.
Recientemente como todo un turista tomé el trencito en Las Flores, alabando su estacionamiento y su estación, como también la atención dispensada en esta, muy agradable el recorrido y la llegada así como los diferentes restaurantes y la calidad de la comida. Un mar calmado que invita a un chapuzón, carpas organizadas, quioscos muy originales, los carritos para recorrer la playa sin costo adicional, todo muy bueno, pero… ¡Ni una palmera!
Hoy podría diseñarse un programa similar con incentivos y participación del Distrito refaccionando calzadas y andenes del centro.
El costo de la obra por kilómetro hubiera sido tan económico comparado con el actual, que con el mismo valor también se habría podido ampliar de una a dos calzadas hasta Pradomar con glorietas en la entrada a Caujaral, también en la vía a Sabanilla y el Marymount, y otras dos, una en el desvío a Salgar y una a su castillo.
Es conveniente que los habitantes de esas urbanizaciones conozcan la tremenda diferencia entre una y otra administración pública, y se pronuncien. ¿Se imaginarían mis lectores cómo sería hoy la pobre condición urbana del corregimiento de “La Playa” si este en vez de ser parte del Distrito, lo fuera de Puerto Colombia?
Pero me llamó la atención de manera especial cuando declaró el alcalde, que “el Corredor Universitario es columna vertebral de los recursos de Puerto Colombia” (lo cual es entendible), y gracias a estos pueden tener estudiantes beneficiados, así como atender el programa de adultos mayores con almuerzos, con atención en salud, alfabetización y en programas sociales, como también al Cuerpo de Salvavidas en sus playas.
Yo simplemente considero que si Barranquilla recuperó lo que absurdamente se dejó quitar, no tiene nada que negociar con los responsables de ese despojo.
Uno hace referencia a una Ordenanza de la Asamblea pero realmente los responsables de ese raponazo fueron un puñado de personas que le ocasionaron tremendo daño a nuestra ciudad. Si este robo se lo hubieran cometido a cualquier otra ciudad del país, se habría formado una contienda de dimensiones épicas, pero aquí no. David le ganó a Goliat, con la diferencia que aquí Goliat era el bueno. Bueno y bobo, además.
De acuerdo a lo que he podido percibir de manera directa conversando con varios amigos que habitan y con propiedades en Villa Campestre, es su tremenda satisfacción al conocer que vuelven a vivir en Barranquilla, más que todo porque suponen y con razón, que al fin verán los resultados de una administración eficiente y confiable que podrá resolverle sus más complicados problemas