Este Jubileo de la Esperanza debe ser una oportunidad para reconstituirse, para reconstruir los lazos rotos y sembrar un futuro lleno de posibilidades. Es momento de restaurar el respeto por la vida, por la familia, por el otro, sin importar su credo o condición.
A lo largo de la vida, todos enfrentamos situaciones complejas, como la transición a un nuevo colegio, la llegada de un hermano o la pérdida de un ser querido. Si los niños cuentan con las herramientas psicológicas adecuadas, pueden adaptarse mejor a estos cambios.
En un mundo cada vez más incierto, la impotencia se erige como un sentimiento omnipresente que afecta a millones de personas, minando nuestra salud mental y bienestar emocional.
Nos encontramos expuestos continuamente al cambio, las exigencias del mundo nos exponen a una dinámica de aciertos y desaciertos en nuestro proceder, a cambios constantes donde la incertidumbre y la diversidad son las únicas constantes.