La casa –en la que residen Ana María Valada, de 50 años, y su madre, de 80, quienes protagonizaban constantes altercados con vecinos y transeúntes– se encuentra en un notable descuido. Una gran cantidad de gatos y perros habitan el inmueble, ubicado en la carrera 46 con calle 93, del que sale un desagradable olor.