El pasado miércoles, una tragedia sacudió a los residentes y vecinos del edificio Privilegios, cuando una de sus torres colapsó, dejando una persona fallecida y cuatro menores de edad heridos. Este hecho prendió las alarmas sobre la situación que se vive en otros conjuntos de edificios en esa zona del barrio Campo Alegre, localidad-Norte Centro Histórico, como Alto Campo y Ciudad del Sol 1 y 2.
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Estas edificaciones enfrentan riesgos estructurales similares. Altos del Campo permanece deshabitado desde hace años tras un desalojo forzado, mientras que Ciudad del Sol sigue siendo el hogar de decenas de familias que se niegan a abandonar sus viviendas sin recibir las indemnizaciones prometidas.
El conjunto residencial Altos del Campo, el cual está desocupado desde hace años, muestra en sus torres un gran estado de deterioro, con grietas profundas, baldosas rotas y desniveles entre las torres.
Vecinos y transeúntes de la zona han denunciado que hoy en día en el centro de encuentro de vándalos y de personas que utilizan algunas de sus zonas para consumir sustancias alucinógenas. Desde la reja de ingreso se pueden observar grafitis en varias de las paredes, que son pintados por desconocidos en horas de la noche, cuando pocos transitan por las calles aledañas.
Uno de los propietarios de Altos del Campo, cuya entrada está ubicada frente a ‘El Tobogán’, recordó que las primeras grietas en las áreas comunes y en la última torre del conjunto residencial aparecieron a finales de 2005, cuando Barranquilla era azotada por un cruento invierno.
Este conjunto residencial estaba integrado por 11 torres de 4 pisos, con cuatro apartamentos por piso. Aunque los daños no eran en todas las torres, un estudio estructural determinó que se debían desocupar las 176 viviendas. Con los propietarios se comenzó el trámite para pagarles arriendos y, posteriormente, los apartamentos.
En 2009 la mayoría de las viviendas ya estaban desocupadas. Y en 2010, cuando se fracturaron unos 600 metros lineales de la calle 84B, en la bajada conocida como El Tobogán, se conoció el fallo del Consejo de Estado que ordenó la reubicación de las familias que residían en Altos del Campo. Ante esta decisión, comenzaron a salir las familias que aún vivían en el lugar. Este proceso se extendió hasta comienzos de 2011.
Por su parte, el conjunto Ciudad del Sol 1 y 2 sigue siendo vivienda de cientos de familias que se enfrentan a una constante incertidumbre. A pesar de que la Alcaldía de Barranquilla emitió una orden de desalojo, los residentes no han recibido la compensación económica necesaria para mudarse, obligándolos a permanecer en estas edificaciones que presentan fisuras, fugas de agua, y desniveles en las torres y las áreas comunes.
De hecho, por una orden judicial de 2012, las 120 familias que habitan la etapa 1 del conjunto residencial debían evacuar sus apartamentos antes de 2014, pero esto no se cumplió en su totalidad.
Son 18 años de permanentes luchas entre los habitantes y la Alcaldía, la cual –según residentes del lugar– solo les dio el subsidio a “unos cuantos” para desalojar las torres, mientras que a la gran mayoría no por falta de presupuesto, lo que los ha llevado a permanecer en el sitio.
Zenit Bazza, propietaria en Ciudad del Sol 2, manifestó su descontento por el manejo que le han dado a esta problemática. “A nosotros no nos han dado un subsidio de arriendo a pesar de todos los estudios de suelo a nuestro favor, ellos saben de qué ahí no podemos vivir”.
Asimismo, expuso que gran parte de los que residen en el lugar son propietarios: “La gran mayoría de personas que vivimos acá somos residentes, en este momento estamos sin luz en las áreas comunes por el mismo problema, estamos afectados por diversas causas y nadie va a querer vivir ahí en arriendo”.
Alba Luz Rodríguez, residente de Ciudad del Sol 2 desde que se entregaron los apartamentos hace 18 años, menciona que las autoridades no se han hecho responsable y asegura que las lluvias de las últimas semanas inundan algunas zonas de su vivienda.
“Para mí eso ha sido un peligro siempre, porque hemos estado aquí desde el primer día, después de habernos mudado aquí fue que supimos todo el problema que había gestiones y nada que nos han solucionado el problema. A mi apartamento se le escarcha el techo, se le levantan las baldosas y se agrietan las paredes”.
Además, contó que dos apartamentos frente al suyo fueron sellados por la Alcaldía debido a su crítico estado estructural. “Uno de esos apartamentos era de mi hija y el otro de mi cuñado. Las paredes están llenas de grietas, y en el techo se ven desprendimientos. El resto seguimos aquí, viviendo con el miedo de que algo peor pueda pasar”.
Los residentes de Ciudad del Sol 1 y 2 exigen una solución a la Oficina de Gestión del Riesgo de Barranquilla, que les garantice tanto su seguridad como el pago del arriendo y la indemnización.