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Eran las 7:20 de la mañana cuando llegaron al edificio Privilegios, en Campo Alegre, su hogar por muchos años.

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Su objetivo: sacar del apartamento sus pertenencias más importantes; pero, sobre todo, rescatar a Pepito y Electra, quienes habían quedado en la vivienda porque no pudieron sacarlos la tarde del jueves, cuando colapsó una de las torres.

Electra, Electra, Electra, llamaba insistentemente la joven de unos 22 años desde la entrada del edificio mientras chasqueaba sus dedos para llamar la atención de la gata.

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El felino, de 9 años, no había atendido el llamado de la joven, por lo que tomó la determinación de regresar en horas de la noche de este sábado para buscarla, pues acostumbra recorrer las calles de Campo Alegre, llegar a una casa vecina y regresar a su hogar.

Pero la angustia de la joven no solo era por Electra. También le preocupaba mucho el estado de Pepito, su cotorrito, que había quedado encerrado en el apartamento desde el día de la tragedia.

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“No creo que esté con vida, porque las ventanas quedaron cerradas y ha hecho mucho calor”, le expresó a su padre, que también llegó a tratar de sacar las pertenencias de la familia.

Minutos más tarde, autorizaron el ingreso de su padre a la edificación con el acompañamiento de Bomberos.

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La joven, desde el andén de ma edificación le insistía una y otra vez que sacaran a Pepito.

Papi, Pepito. Saca a Pepito. Papi, no olvides a Pepito, gritaba insistentemente. Su rostro reflejaba la angustia de encontrar a Pepito sin vida, o que su padre no pudiera cargar la jaula con las demás pertenencias o tener el tiempo suficiente para sacar al cotorrito.

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Fue casi una hora de larga espera. 15 minutos luego del ingreso del padre. De pronto salió uno de los bomberos con Pepito en sus manos, sano y salvo.

La felicidad, en medio de la tragedia que viven, se apoderó de la joven dueña de Pepito.