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La técnica impecable para el uso de los colores, la geometrización y los planos quebrados que se ven representados en el mural ‘Tierra, mar y aire’, que ocupa cerca de tres plantas del edificio Mezrahi, en la carrera 53 con calle 76, perdurarán por muchos años más en la ciudad de Barranquilla.

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Tras varios meses de trabajo, el colorido mural que el pintor colombo-español Alejandro Obregón realizó en 1958 fue renovado por la Secretaría de Cultura y Patrimonio Distrital y seguirá en contacto directo, a cielo abierto, con el público barranquillero.

Su proceso de renovación no fue fácil. El deterioro al que se vio expuesta la obra por la desprotección que da la intemperie y la falta de intervenciones para su conservación hizo las cosas más complicadas de lo eran en un principio, pero el trabajo final estuvo bien logrado.

Según Tuty Gutiérrez de Piñeres, quien hizo parte del proceso, pasaron muchos años para que se pudiera dar este proceso por la complejidad que implicaba mantener los materiales.

“Yo he tenido negocios de mosaicos por mucho tiempo y para renovar esta obra había que hacerlo con la misma calidad del material original. Eso fue lo complicado porque era con elementos de los pisos de antes, de pompeya y ese tipo de estructuras. Por muchos años intentamos hacer algo con la obra, pero nada salía por esta misma complejidad; cuando me encontré hace unos días el mural restaurado fue una sorpresa ver que no se había comprometido nada de la versión original”, comentó.

De igual manera, contó que se siente satisfecha por haber aportado al proceso de restauración: “Varias personas hicimos parte de este proceso y estuvimos pendientes de la obra. Hicimos hasta viajes a México donde estaban los proveedores de los grandes murales para conseguir los materiales exactos para la restauración, nunca nos rendimos. Nos queda como esa satisfacción de ver un trabajo terminado y muy bien hecho”.

La calidad de la obra sigue asombrando tanto a aquellos ciudadanos que vieron cómo esta representación artística tomó lugar en la ciudad, como a los más jóvenes que apenas están conociendo la obra.

Para Elsa Castro, quien reside en el edificio donde se encuentra el mural, si bien se notan cambios en la obra, no se dañó ningún detalle significativo.

“Yo vivo en el edificio desde que fue elaborado el mural y lo he contemplado cada día desde que fue realizado, estoy muy contenta con la renovación porque la representación artística sigue intacta y se puede entender. De esta manera, las nuevas generaciones tienen algo que conocer de la identidad de la ciudad”, dijo.

Por su parte, Johan Pino, joven barranquillero, manifestó que no había visto nunca el mural hasta esta semana.

“Es curioso que haya pasado varias veces por este lugar y nunca haya visto la obra, creo que se le debe dar más importancia y que no pase desapercibida por los habitantes. Las rutas turísticas que se vienen haciendo por la ciudad pueden tener este lugar como punto de referencia para las galerías de arte que hay por el sector y que se conozca el arte que dejó Obregón en Barranquilla”, expresó.

Detalles del mural

Este mural es uno de los dos mosaicos que Obregón dejó en la ciudad para el contacto directo con el público (el otro es el fresco Simbologías de Barranquilla, pintado en 1956 para el Banco Popular). Esta es la obra más grande de artista, son 9 por 6 metros de pequeñas laminitas de piedra de cerámica esmaltada.

El mosaico tríptico representa en una primera instancia el elemento tierra, con figuras geométricas que se entrelazan para recrear la figura de un toro.

Por otro lado, hay un segundo momento que representa el agua y la forma de un pez que se mueve en su elemento. Mientras que en la parte final se muestra el aire y a un ave que vuelva sobre el cielo.

Además, hace parte del legado del artista que fue denominado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Alcaldía. Es de anotar que el Distrito destinó $2.200 millones para la intervención del mural, así como para la reubicación del Telecóndor, “con el propósito de que Barranquilla vuelva a apreciar el legado que el importante artista colombiano dejó a la capital del Atlántico”.

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