Dos templos del deporte, recintos de inolvidables hazañas, se despiden de Barranquilla. Las grúas y los materiales de demolición solo desploman las moles de cemento, así como las viejas y arrugadas gradas, no derrumban, en lo absoluto, las historias que guardan.
Por el estadio Romelio Martínez y el Coliseo Elías Chegwin, emblemáticos de la calle 72, desfilaron futbolistas de la talla del brasileño Edson Arantes do Nascimento ‘Pelé’, referentes de la salsa como el puertorriqueño Héctor Lavoe y de la música cubana como Celia Cruz. En sus canchas, los basquetbolistas del Atlántico driblaron sus balones del amateurismo al profesionalismo, y Junior se adjudicó sus primeros títulos en 1977 y 1980.
Hoy ambos complejos deportivos, que cumplen más de 70 años de pie, son objetos de ‘cambios extremos’ para que nuevas generaciones se la jueguen con instalaciones modernas y recuperadas, de cara a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se realizarán en la ciudad en 2018.
El Romelio, conocido desde su inauguración en 1934 como Estadio Municipal, seguirá siendo cuna del fútbol de la Costa, pero ya no entre las tribunas Corea y Vietnam, como las bautizó el fallecido narrador Édgar Perea, pues la cancha será girada 90° para tener orientación norte-sur, tal como lo planteó en sus diseños el reconocido arquitecto Giancarlo Mazzanti.
El coliseo, que pasará a ser el Arena Elías Chegwin, fue llamado desde su construcción para los Centroamericanos de 1946 Estadio Suri Salcedo. Era un escenario destechado y sin pista de madera, pero donde una delegación de oro se consagraba a nivel nacional. Con las inversiones, esperan estrenar instalaciones y escribir nuevas historias.
Hector Lavoe y Pelé estuvieron en la ‘salsa’ futbolera del estadio Romelio Martínez
Mientras el puertoriqueño Hector Lavoe dedicaba sus canciones a Barranquilla desde una tarima en el estadio Romelio, en 1986, Ralph Mercado, un reconocido promotor de música de la época, se declaraba admirador del locutor y empresario Ley Martin, quien había traído al artista a la Arenosa sin pagar un solo peso.
Esa noche, la ciudad se engalanaba con los máximos exponentes de la música latinoamericana. Además del chico malo de la salsa, se convocaron ídolos de la talla de Celia Cruz, Óscar D' León, Pete 'Conde' Rodríguez, Andy Montañez, Roberto Blades, Joe Arroyo y Juan Carlos Coronel. Todos se presentaron en la ciudad sin pedir nada a cambio.
'Fue un gesto de generosidad de todos ellos porque yo tenía mi casa hipotecada, me iban a meter preso y toda la gente de la ciudad creía que los había estafado', recuerda Ley Martin, quien en ese entonces se encontraba entre la espada y la pared por un concierto prometido con Rubén Blades, que luego de estar vendida la boletería no pudo cumplir.
'Yo había hecho un acuerdo con Blades, quien había salido de La Fania All Star y estaba pelado. Quedamos en hacer un concierto si yo costeaba los tiquetes y el hospedaje del hotel. Resulta que el man se enteró que la boletería se vendió 20 días antes del evento y se molestó, se arrepintió, se fue de Colombia, y me dejó tremendo chicharrón', cuenta Martin.