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Atrás quedaron las productivas jornadas de pesca que en los años 50 acostumbraba hacer desde pequeño Pedro Arturo Montaño, un pescador de la Ciénaga Grande de Malambo que creció en medio de las faenas pesqueras y la agricultura.

Este hombre, que carga a cuestas nueve décadas de vida, añora aquellos tiempos en los que, gracias a las ganancias de la pesca artesanal en este cuerpo de agua, pudo levantar a su numerosa familia y darles estudio a sus nueve hijos.

Hoy en día —asegura— los pescadores de este municipio están 'agonizantes' y en 'vías de extinción', producto de la escasez de peces por la contaminación del agua, la sedimentación y la industrialización que vive la zona desde hace dos años.

De los 120 pescadores que se afiliaron a Asopesmar, una cooperativa creada en 1990 para proteger los derechos de estos trabajadores, hoy solo 30 están activos en los trabajos pesqueros. Muchos han muerto y la mayoría ha decidido cambiar a otra profesión que les genere más ingresos.

Esta misma cooperativa interpuso una acción popular en 2014 y una tutela en 2018, en donde, en medio de un grito 'agónico' de auxilio piden a las autoridades a que les ayuden a salvar la Ciénaga Grande de este municipio ubicado en la banda oriental del departamento del Atlántico.

La agonía

'La pesca está mala, lo que cogemos no alcanza ni para el sustento de la familia, mucho menos para vender', así describe Adolfo Montaño la situación que atraviesan los pescadores artesanales de Malambo.

Sostiene que, en sus más de 30 años dedicados a esta actividad, nunca había visto una ciénaga 'tan acabada y sin dolientes'. Detalla que las extenuantes faenas de pesca comienzan a tempranas horas de la mañana y encuentran su primer obstáculo en el caño en donde tienen encalladas sus canoas.

Allí, los pescadores aseguran que la sedimentación producto de los rellenos en la zona y la suciedad del estrecho canal, cuya longitud de aproximadamente un kilómetro los conduce hasta la Ciénaga Grande, les dificulta el tránsito y 'los desgasta' antes de empezar la jornada.

Luego de 26 o 28 horas de pesca continua, vuelven al caño de donde salieron los dos pescadores, encallan nuevamente su canoa y al contar el botín de pesca, las ganancias no superan los $10 mil para cada uno.

'Anteriormente pescábamos corvina, bocachico, cuatro ojos, la dorada y toda clase de pescados. Hoy en día no cogemos nada, solo mojarritas amarillas y tilapias', indica Mercedes Florián, o 'Merce', como le llaman sus amigos, otro de los pescadores que mira nostálgicamente como dos de los suyos sortean las tarullas en el caño para llegar a la Ciénaga Grande.

Otra de las que también 'padece' de la falta de peces y la contaminación, que aseguran los pescadores, tiene la Ciénaga Grande, es Luz Marina Navarro, una mujer que de sus 58 años de vida ha dedicado 30 a la pesca como forma de vida, con la que ha solventado a sus hijos y nietos.

Ella le pide a las autoridades que 'no discrimine' a los pescadores de Malambo y que busquen la forma de sembrar peces en la ciénaga. 'Este ha sido nuestro sustento toda la vida. Hasta edad ya no tenemos para dónde coger, ni qué hacer, esto es lo que somos, esto es lo que sabemos hacer y esto es lo que haremos hasta que Dios nos lo permita', manifiesta Luz Marina.

Javier Noguera, defensor de derechos humanos y guardabosques de la zona, indica que la Ciénaga Grande de Malambo 'no tiene dolientes', por lo que insta a tomar medidas 'urgentes' frente a lo que el considera una grave vulneración de los derechos de los pescadores de la zona.

La tutela

El pasado 14 de marzo los pescadores de la Ciénaga Grande de Malambo, a través de su cooperativa, interpusieron una acción de tutela en contra del Ministerio de Ambiente, la Corporación Regional Autónoma, la empresa Aguas de Malambo, el Parque Industrial de Malambo y al municipio, al sentir que sus derechos fueron violados.

Los pescadores señalan que se han vulnerado sus derechos fundamentales, ya que no tienen otras alternativas de subsistencia, diferente a la de sus faenas de pesca, por lo que esto 'pone en peligro sus vidas y la de sus familiares'.

En ese sentido —lo estipulan en la tutela— piden a la Alcaldía Municipal suspender el otorgamiento de las licencias urbanísticas sobre los terrenos adyacentes a la laguna Ciénaga Grande de Malambo, ya que esta viene siendo objeto de rellenos de escombros.

De igual forma, les piden a las autoridades ambientales que se agilice la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales, para que estas no caigan sin tratar a la Ciénaga.

Asimismo, solicitan que se les otorguen capacitaciones y ayudas económicas para que puedan realizar otras actividades diferentes a la pesca, mientras se realiza la recuperación de la misma.

Fallo desfavorable

El pasado 5 de abril el Tribunal Contencioso Administrativo del Atlántico, falló desfavorable la tutela presentada por los pescadores, debido a que la consideró 'improcedente'. Por este motivo, ordenó archivarla en caso de no ser impugnada.

Por su parte, el Ministerio de Ambiente dejó en claro en el fallo de la tutela que esta cartera no se encuentra llamada a responder por los derechos fundamentales presuntamente conculcados en la acción.

Entretanto, los demás accionados, Pimsa, CRA y Aguas de Malambo, reiteraron que dicha acción es improcedente, debido a que actualmente existe en curso una acción popular que aún no ha sido definida jurídicamente.

A pesar del fallo, los pescadores, a través de su apoderado, impugnaron el fallo y aseguraron que continuarán en la lucha para 'salvar' la Ciénaga Grande y no extinguir el oficio que tanto les ha dado.