En mayo del 2015 una noticia frustró los deseos de Giselly Meza, una niña de 15 años, de continuar jugando fútbol. La presencia de un tumor maligno en su muslo derecho interrumpió las tardes de juego que espontáneamente organizaba con su hermano y amigos de colegio. Por esos días cultivó una fuerte admiración por el ‘10’ de la Selección Colombia James Rodríguez.
Aun cuando una cirugía buscó eliminar el cáncer de su organismo, enfermedad por la que actualmente permanece en cama, el pasado 19 de octubre unas pequeñas vejigas se asomaron en los alrededores de la cicatriz que el procedimiento dejó.
En una visita de EL HERALDO al Hospital Universitario Cari, institución donde la menor es atendida, Gloria Navarro, madre de la adolescente, comentó que el padecimiento fue afrontado con 'naturalidad y tranquilidad' por parte de Giselly. 'Nos dijeron que está desahuciada, tiene metástasis en el pulmón y en los ganglios paraaórticos', comunicó.
'Dicen que la quimioterapia que le están haciendo es algo paliativo, es decir, que sirve para atenuar o suavizar los efectos de su enfermedad', relató Navarro para referirse al tratamiento que busca, según indicó, generar calidad, pero no cantidad de vida a la niña.
Sin embargo, esa no es la característica o rasgo que destaque a Giselly, ella jamás permitiría que una señal de tristeza la describa. Su alegría, esa que le provoca risas nerviosas cuando habla de fútbol, es lo que más anhela compartir de la mano del también jugador del Real Madrid.
A través de un video compartido a la línea Wasapea a EL HERALDO, 310 4383838, la barranquillera le expresó a Rodríguez su deseo por conocerlo. En compañía de Santiago Molina, virrey del acordeón en la categoría infantil del Festival de la Leyenda Vallenata, y de Julián Calderín, músico y amigo de Molina, Giselly le dedicó una canción al mediocampista en la que se destacan las habilidades del jugador.