Fue un domingo de ron, baile y dominó. En el corazón del barrio El Bosque el gentío sobresalió por la actitud festiva y poco responsable. Se respiró una indiferencia pasmosa frente a las recomendaciones de las autoridades sanitarias y en medio de un panorama que va en contra de casi todos los lineamientos impuestos por la Alcaldía de Barranquilla para mitigar la propagación del COVID-19.
Ayer, un día atípico de la madre por la pandemia, se esperaba que las calles de la ciudad lucieran vacías, solitarias y con nula actividad, pero solo bastó un vistazo más profundo, especialmente en la localidad Suroccidente, para darse cuenta de que no solo los perros callejeros recorrían a sus anchas las diferentes calles de Barranquilla.
Brillaron las ventas ambulantes de cerveza, las reuniones amenas de varios compinches, la actuación de niños jugando trompo y la larga y tendida conversación, con bebés recién nacidos en brazos, entre las vecinas de siempre. Todo en medio de los estruendosos y pegajosos sonidos que ‘escupió’ el picó más cercano.
A pesar del aumento de casos de COVID-19 en el Atlántico, la Ley Seca decretada por la administración distrital y las distintas recomendaciones sanitarias, varios sectores de Barranquilla registraron escenas de todo tipo. Y es que no solo hubo tiempo para visitar amigos o familiares o bailar algún vallenato en medio del inclemente sol, sino que el día fue aprovechado para vender sopa en alguna esquina y, en el peor de los casos, para sacar a la luz algún violento conflicto con algún vecino, una situación que EL HERALDO pudo observar en el barrio Santa María.
Precisamente este último hecho desnudó el lado más curioso del barrio. Apenas los gritos subieron de tono y la contraparte empezó a responder con una cargada ráfaga de insultos, la mayoría del sector, que de por sí ya se encontraba en sus terrazas, no dudaron en dar el paso al frente e intentar saber sobre la situación con más precisión.
Nadie sabía muy bien qué pasaba. 'Tiene que ser por plata', habrá dicho alguno. 'Yo creo que le pegó', dijo otro, pero lo cierto es que 'el chisme' voló rápido y la fila de ‘investigadores’ no tardó en crecer.