Apoyada en un bastón, Vilma Pomar, de 83 años, habitante de 'toda la vida' del barrio Boston, llegó hasta la carrera 46 entre calles 69 y 70, en donde se encuentra una de las especies de árboles más longevas de Barranquilla, para protestar y abanderar una causa: la conservación de una bonga.
El imponente árbol de ramas extensas, tronco grueso y corteza agrietada, sufrió hace una semana un 'ahogamiento' por cuenta del relleno de cemento que cubrió su raíz, esa es la descripción que ofrece la señora Pomar, cuando se refiere con ímpetu a la degradación que vivió la especie.
La explicación, aunque no es científica, tiene lógica, su raíz fue sellada, lo que evitó que el árbol pudiera absorber distintos elementos inorgánicos que le sirven de alimento, según un biólogo.
Mientras se seca el sudor que cae sobre su frente y que interfieren en sus escasas arrugas, Pomar con una lucidez que impresiona a su edad, cuenta que la bonga era el único árbol grande en ese corredor peatonal, y que por lo tanto, servía como un punto de referencia.
'Antes no habían tantos árboles por aquí, en este punto la gente esperaba el bus, cuando en la 46 circulaban mucha rutas de buses. Con Transmetro se sembraron esos árboles que se ven ahí', contó, mientras señalaba otras plantas que aparentan menos años.
El árbol, pintado de blanco hasta la mitad, empieza a llenarse de carteles que los vecinos hicieron a mano, con mensajes que no solo describen la situación de la bonga, sino que contextualizan la súplica que la naturaleza y el medio ambiente hace a los habitantes del planeta.
En la parte alta de la corteza se colgaron dibujos y frases que parecen salir de la voz del árbol: 'SOS ayúdame a sanar, me alimento de agua, soy tus pulmones, yo también soy parte de tu ecosistema, no soy baño público'.
Con esto, pretenden no solo llamar la atención de los autores del 'crimen ecológico', sino de las autoridades para que sea más efectivo el control y vigilancia de estos individuos que hacen parte de la naturaleza.
'Lo que le ocurrió a este árbol es la muestra que a las personas no les importa preservar lo poco que nos queda de naturaleza', dijo Marina Álvarez, habitante del sector desde hace más 30 años.
Lorcy Barrios, otra habitante de Boston y también abanderada de la causa, consideró que perder este árbol, significa dejar de recibir la protección que ofrece su gran volumen para dar sombra.
'Llevo toda la vida viendo este árbol y no vamos a permitir que inescrupulosos pretendan acabar con él, para luego talarlo, esa al parecer es la finalidad de ponerle el cemento', señaló
Bajo esta razón, los vecinos conformaron un frente de seguridad para velar por la preservación y cuidado de la bonga.
Luego de las denuncias, la Agencia Distrital de Infraestructura, encargada del inventario forestal de la ciudad, ordenó que se retirara la mezcla que le fue proveída.
Según el inventario de árboles que realiza la ADI, Barranquilla Verde y Triple A, la bonga hace parte de las siete especies más antiguas que existen en Barranquilla.
Falta de mantenimiento
La bonga, ubicada en la puerta de un lote baldío y frente de la estación de Transmetro Esthercita Forero, presenta deterioro en su corteza, al parecer producto de la falta de mantenimiento.
Precisamente para verificar su estado, la directora de Barranquilla Verde, Sara Belén, informó que un ingeniero agrónomo inspeccionará el árbol para determinar qué tipo de rehabilitación requiere. 'En la visita técnica que se realizó se observó que no hay riesgos de que la bonga se caiga o que se muera', indicó la directiva.
La especie | Características
El árbol alcanza de 60 a 70 metros de altura. Su tronco grueso puede llegar a medir más de 3 metros de diámetro. Los más longevos tienen entre 70 y 100 años. 'Cuando están bajo amenaza, por posibles ataques de hongos o insectos, los árboles se protegen con nódulos como los que presentan en la corteza de la bonga de Boston', explicó el biólogo Samuel Cáceres.