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Los cuatro únicos hombres con falda, entre los 1.200 policías del mundo que asistieron a la instalación de la cumbre de la Interpol en Cartagena, eran dos altos mandos de Reino de Bután –un pequeño país montañoso del Asia, sin salida al mar–, y un par de promotores de ventas de Escocia.

Los de Bután fueron sin duda los comandantes distintos del millar de hombres y mujeres de negro que se congregaron en el salón Barahona, del Centro de Convenciones, de Getsemaní.

Ni las delegaciones de los africanos, que en otras cumbres celebradas en esta ciudad suelen lucir sus trajes típicos, se atrevieron a romper el estricto protocolo de la Interpol, que demostró que tiene todo fríamente calculado en cuestión de organización.

EL HERALDO conversó en exclusiva con Kipchu Namgyel, jefe de la policía del Reino de Bután, en el corto receso antes de iniciar las sesiones a puerta cerrada.

Dijo que su indumentaria tradicional se llama Gho, que es un traje que los hombres usan desde el siglo XVII, con un cinturón, medias hasta las rodillas y, para las ocasiones especiales, hechos de seda. Los de diario son de algodón o lana.

Namgyel dijo que es la primera vez que viene a Cartagena. Tuvo que atravesar el mundo para llegar hasta el Corralito de Piedra y, como tantos otros, quedó rendido ante la belleza de la ciudad vieja.

'Cartagena es preciosa', dijo. Pero lo que más le sorprendió fue su gente. 'Los policías son muy amables', agregó en inglés.

Antes de ingresar al salón de deliberaciones, el jefe de la Policía de Bután, como una estrella de cine, accedió a varias sesiones de fotografía con asistentes que querían tener un recuerdo con él.

Inclusive, algunos esperaron a que el jefe policial saliera del baño para quedarse con la foto rara de la cumbre.

Los otros dos en faldas eran escoceses. Participan en la muestra comercial desplegada en los pasillos del Centro de Convenciones. Son del pabellón de la empresa Cobham, especializada en tecnología y a la caza de policías o gobiernos compradores de sus productos.

Pero si hubo jefes policías hombres con falda, también estuvieron, y con gran resonancia en la sesión inicial, mujeres de la Interpol con los pantalones bien puestos.

Ellas fueron la presidenta y máxima autoridad de la Interpol en el mundo, Mirelle Ballestrazzi, y la jefa de la organización en Colombia, coronel Juliette Kure Parra, destacada por su trabajo por el presidente Juan Manuel Santos en su discurso ante los 1.200 asambleístas.

Santos en su discurso de 28 minutos puso a los asistentes a pensar en un mundo 'sin angustias, sin zozobras y sin amenazas'.

Tras desarrollar su sueño, dijo que, aunque sonaba 'utópico y demasiado perfecto', no era imposible hacerlo realidad, porque para eso existía 'una red de héroes' como la de la Interpol, que trabajaba incansablemente en la seguridad global.