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Cartagena. Enclavado en la Zona Suroccidental de la ciudad, el barrio Nelson Mandela emerge como una concentración de comunidades desplazadas por la violencia que fueron llegando a Cartagena de distintos sectores del país el 7 de diciembre de 1994. La lucha por la tierra y la supervivencia se convirtieron entonces en el origen de uno de los más grandes asentamientos humanos de Colombia y de Latinoamérica.

El nombre para una zona que viene luchando diariamente por la discriminación, el olvido y la exclusión no podía ser otro: Nelson Mandela.

Abad Berrío, líder del barrio, recuerda que para escoger el nombre tuvieron en cuenta a la persona que mejor representaba la lucha de la comunidad afrodescendiente. La decisión fue tomada unánimemente en homenaje al gran líder sudafricano y también como un reconocimiento a la dignidad que querían alcanzar.

De hecho, es el único barrio de la Costa Caribe que decidió asumir el legado del Nobel de Paz y seguir trabajando, inspirado en sus ideales.

Hoy, 47.000 habitantes viven en los 26 sectores que conforman esta gran zona de la ciudad. Allí, sus habitantes no ocultaron el dolor por la muerte de Madiba. Varias de las iglesias abrieron sus puertas para elevar plegarias por el eterno descanso de su alma.

No podía ser de otra forma. Ayer, toda la comunidad lamentaba el deceso de una de las personas que más luchó por la injusticia social en el mundo. Todos coincidieron en que es un digno ejemplo a seguir.

'El doctor Mandela tiene un gran legado para nosotros pues contribuyó con la paz de la humanidad y luchó contra la desigualdad social. Los derechos de la gente de su país fueron su pilar fundamental durante toda su vida', comentó Eder Ochoa, uno de los líderes de la comunidad del barrio Nelson Mandela.

Barrio Nelson Mandela en Cartagena.

Hoy, los problemas del Nelson Mandela cartagenero radican sobre todo en la exclusión. Paradójicamente, para muchos de los habitantes del barrio cartagenero, sus líos se sustentan sobre la base de la discriminación contra la cual luchó el líder sudafricano. Esa misma que observan con preocupación cada vez que miran la dura realidad que afrontan en su cotidianidad.

De la tranquilidad de esas mañanas de los primeros años tras su creación cuando sus primeras 180 familias compraron predios y lotes a 100 mil pesos, hoy se ha dado paso a los graves problemas que afrontan 7.200 familias ubicadas en sus 26 sectores, por la precaria prestación de los servicios públicos; el pésimo estado en que se encuentra la salud, la red vial y la ola de violencia que golpea a esta zona de la ciudad. Para ellos, la zozobra es total.

Adicionalmente, el barrio no cuenta con alcantarillado ni servicio de energía eléctrica. Hace poco la policía se enfrentó con sus habitantes por falta de vías de acceso.

Líderes como Eder Ochoa aseguran no estar dispuestos a bajar la guardia y, al igual que el líder sudafricano, están decididos a dar la batalla por la inclusión social y los derechos de los menos favorecidos.

'Ante tanto problema que nos aqueja, no podemos bajar la guardia y al igual que el doctor Nelson Mandela, tenemos que luchar por nuestra gente. Nuestro propósito es tratar de que la gente entienda que tiene unos derechos por los cuales luchar y esa debe ser el objetivo que debemos tener para acabar con la desigualdad que nos atormenta', comentó con decisión Eder Ochoa, caminando por las polvorientas calles de su barrio.

El nombre del líder surafricano para uno de los barrios populares de Cartagena llama poderosamente la atención de los extranjeros quienes llegan a realizar trabajos audiovisuales en el sector y resaltar la tenacidad de esta gente por superar sus problemas. Los productores llegan desde muy temprano a comenzar trabajos que les permitan mostrar la otra cara de Cartagena. Una ciudad que más allá de la mágica belleza que refleja en el ámbito turístico, tiene un barrio que lucha por dejar atrás la exclusión y el olvido.