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Con total éxito transcurre la XXX versión del Festival de Frito Cartagenero, evento organizado por la Alcaldía Mayor de Cartagena, a través del Instituto de Patrimonio y Cultura – IPCC.

Más de 10 mil personas han visitado el Festival que se realiza desde el pasado viernes 24 de enero en el parqueadero contiguo al Monumento de las Botas Viejas disfrutando no solo de exquisitos fritos, sino, de una variada programación cultural en tarima.(Lea 30 años del Festival del Frito, en la fiesta de la Candelaria).

'El Festival del Frito Cartagenero es el epicentro de la cultura y tradición por estos días en la ciudad, es una manera de reafirmar nuestra identidad como pueblo caribe, sin duda un gran plan para disfrutar en familia en donde hasta la fresca brisa de las tardes se confabulan para generar todo un contexto de fraternidad y alegría', dijo la Directora del IPCC, Nacira Ayos, al referirse al éxito y a la presencia masiva de público en el Festival que estará abierto hasta el próximo dos de febrero.

Historias por contar dentro del Festival

Son muchas las historias que se encuentran en el festival, aparte de los provocativos y vistosos fritos. Historias de vida de quienes ofrecen los fritos, madres cabeza de hogar, en su mayoría luchadoras y portadoras de recetas casi que mágicas que van desde la temperatura del aceite con que fritan hasta la forma como se amasa la harina. Sazón de la mano de expertos, formulas ultrasecretas y celosamente guardadas que solo pueden ser probadas por el paladar, más no contadas por quienes preparan los fritos.

Keiver, el mago de la arepita de dulce

Tan solo tiene 19 años, es el más joven de los 40 participantes y unos de los tres hombres del Festival. El año anterior Keiver Berdugo Torres, ganó en la modalidad de la Arepita de Dulce y este año espera mantener el título.

Lleva tan solo dos años preparando fritos y ayuda a diario a su mamá en un puesto de venta ubicado en el barrio de Zaragocilla frente al Hospital Universitario. De esa manera pagó sus estudios de bachillerato y sostiene a su familia.

Orgulloso de preparar y vender fritos, Keiver afirma ser el portador de un legado familiar que hoy por hoy le permite ser el mejor preparador de arepas de dulce en Cartagena, eso sí reconoce que el mejor de los ingredientes la hora de preparar arepas o cualquier otro plato, resulta ser el cariño y el empeño que se le pone al momento de amasar la harina, mezclar los ingredientes y lanzar la arepa cruda en el aceite hirviendo.

'Lo mío viene de mi abuela y de mi mamá ellas me enseñaron a preparar la arepa de dulce, esto viene de generaciones' afirma con una sonrisa de oreja a oreja el joven participante, quien luce vestido impecablemente con su gorro y delantal blanco. A diferencia de lo que muchos podríamos pensar este joven no tiene kilos de más, su peso escasamente alcanza los 70 kilos, aunque reconoce que no se priva de comer los fritos que él y su mamá, quien hace las veces de su ayudante, preparan.

'Para preparar una arepita de dulce, hay que moler bien el maíz, colocarle el punto de azúcar, el anís y mi toque secreto, parece sencillo pero esto tiene su ciencia, es todo un proceso', relató Keiver mientras atendía a sus clientes quienes visitan ansiosos el puesto de este joven emprendedor que sueña con exportar su producto a otros países en un futuro no muy lejano.

Eso es lo que justamente le pide Keiver y confía a quien le ha brindado su protección en su corto camino, el Arcángel San Miguel, cuya imagen porta a diario en un escapulario colgado de su cuello.

'El Beso de la Negra'

Envuelta en el calor del fogón se encuentra en su puesto de la mesa número 35 a Sonia Mena una mujer de aspecto bonachón y orgullosa de su raza negra, quien lleva ya 18 años participando del Festival del Frito Cartagenero.

Sonia ha ganado en múltiples ocasiones y en diversas modalidades el Festival, su especialidad son las carimañolas y la Arepa e´ Huevo o como ella ha rebautizado con el nombre del: 'Beso de la Negra'.

Una Arepa e´Huevo que lleva el sello de esta mujer, que se las ingenia con su creatividad para agregarle a este producto muchas carnes, entre ellas las de conejo, res, armadillo y gallina criolla. El resultado un exquisito manjar que no sobrepasa los tres mil pesos.

En su puesto aparte de los fritos, esta robusta mujer, reparte sonrisas, y cuando lo hace cierra sus ojos, en actitud confiada y agradecida con la vida. Esta mujer posee un carisma arrollador que encanta a cada uno de sus comensales, carisma que compite a la par con el inigualable sabor de sus exquisitos fritos.

'Probar estas delicias además me recuerda a mi infancia, al patio de mi casa, a lo que nos preparaba mi abuela', relató emocionado, Pedro Lora uno de los cerca de 4 mil visitantes que han llegado a este encuentro, con la cultura, la memoria y la tradición cartagenera.