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Cartagena. Cuatro estudiantes de la institución educativa distrital Soledad Acosta de Samper entraron en crisis nerviosas y emocionales, tras practicar el juego que se dice invoca espíritus del más allá, y que se ha masificado en las redes sociales y en los colegios de la ciudad, conocido como Charlie Charlie.

Una joven, en el vecino municipio de Turbaco, también mostró, según familiares, síntomas de 'estar poseída'.

Los adolescentes sufrieron estados de angustias, crisis de nervios, llanto incontrolable y constantes dolores de cabeza.

La noticia de los estudiantes de Cartagena fue confirmada por el rector de la institución educativa, Luis Ramírez Castellón, quien señaló que ante tal situación el cuerpo docente convocó a los padres de familia a una reunión urgente para trabajar en acciones conjuntas y evitar que esta práctica se siga propagando.

'Lo que hemos notado es que el comportamiento de algunos de nuestros alumnos ha cambiado y ya comienza a preocupar a las directivas de nuestro plantel. Es por esto que empezamos a tomar medidas para evitar que esta situación se siga presentando', dijo el Director del plantel.

Ramírez Castellón sostuvo que con los cuatro estudiantes se viene adelantando un tratamiento sicológico y de acompañamiento profesional ante la gravedad de la situación. Añadió que en en bachillerato se establecen acercamientos y diálogos con los muchachos tendientes a hacerles ver lo peligroso que es la práctica de un juego como este.

'Lo que queremos dejar claro es que una práctica como esta resulta peligrosa para nuestros alumnos pues esto no hace parte de las costumbres, principios y valores que se imparten en esta institución', dijo Ramírez.

El Director manifestó que el acercamiento con las familias de los jóvenes afectados busca tener control desde el seno del hogar de este tipo de situaciones 'paranomarles'.

Ciclo de charlas en el colegio

El colegio Soledad Acosta de Samper inició ciclos de conferencias y charlas en los diferentes cursos con trabajadores sociales y sicólogas.

'Hemos dado aviso igualmente a la Policía de Infancia y Adolescencia para iniciar un acompañamiento con las autoridades y determinar si habrían personas por fuera de la institución educativa involucradas con esta práctica que le están haciendo daños a los niños del colegio', precisó Ramírez.

Por otra parte, la directora académica de la institución educativa de Pasacaballos, Diana de Arco, sostuvo que en su colegio no se ha presentado pero se están tomando medidas para evitar que la práctica de Charlie Charlie se multiplique.

Lo grave de esta situación, según explica la docente, es que hay un ritual de una invocación de espíritus y no se entiende claramente si por persuasión sicológica o pánico que termina afectando a los estudiantes que, en algunos casos presentan delirios de persecución y depresión.

Pese a lo ocurrido, la práctica sigue

Un salón de clase solo y la hora del descanso se convierten en el mejor sitio y momento para la práctica del juego. Cuatro jóvenes se reúnen en torno a una hoja de papel con las palabras 'si o no' y dos lápices cruzados. La invocación, según explican algunos alumnos, comienza pidiéndole permiso a Charlie Charlie para poder iniciar el juego.

Si el lápiz se mueve para el lado del Si comienzan los cuestionamientos y las preguntas al espíritu que se está invocando. Los jóvenes de varios colegios de la ciudad consultados por El Heraldo coincidieron en que la práctica se ha propagado en varias de las instituciones educativas del Distrito. Por ser menores de edad su identidad no se revela.

'Con mis amigas decidimos jugar en el baño del colegio. Cuando vimos que el lápiz se movió salimos corriendo tirando los lápices lejos como dice que se debe hacer en el juego', comentó una joven estudiante.

Otros muchachos aseguraron que cuando estaban en el baño, el espejo se empañó y cuando vieron tal situación decidieron salir corriendo asustados tratando de buscar la profesora.

La iglesia se pronuncia

Ante esta situación y el auge que ha tomado el juego de Charlie Charlie en la ciudad, el sacerdote Rafael Castillo, vicario del Arzobispado, dijo que estas prácticas o rituales son rechazados pues no son nada sanos para el espíritu.

El sacerdote dejó claro que el camino de lo esotérico genera dependencia y esclaviza. El representante de la curia explicó que al terminar una práctica como estas se genera una especie de frustación.

Para el padre Castillo, la práctica de Charlie Charlie da muestras de que en los jóvenes hay un vacío espiritual. Es un llamado a gritos para que la familia, la escuela, los amigos y las iglesias tiendan las manos a estos jóvenes.

'Lo que nos debe quedar claro es que en lugar de Charlie Charlie, los muchachos practiquen la manera de manejar claros proyectos de vida y dejarles claro que cuentan con un amigo que los puede ayudar en los momentos difíciles', dijo.