CARTAGENA. Se inició este domingo la romería para subir al santuario del cerro de La Popa, donde los cartageneros le rinden honor a su patrona, la Virgen Morena, la Virgen de La Candelaria.
Las autoridades del Distrito, vistiendo de blanco, con sobriedad y elegancia, asistieron a la tradicional eucaristía, a la que hacen presencia los alcaldes de la ciudad y los integrantes de su gabinete, año tras año, en un rito religioso, que da la apertura de unas fiestas que incluye cabalgata, festival del frito y festejos callejeros en los que se liba licor y se come caña de azúcar mientras se sube a rezar a la Patrona milagrosa.
Al final de la novena que se le reza a la Virgen mulata, su imagen es bajada desde las alturas del cerro, en hombros de hombres y mujeres que pagan mandas o que son devotos de Ella.
Por el caminos asfaltado y semperteante, a la Virgen, bellamente adornada para la ocasión, la bajan, en romería, hasta la ermita del Pie de La Popa, donde una semana después en otra procesión es llevada de nuevo a las alturas del santuario del cerro.
La alcaldesa encargada Estela Cáceres y secretarios del despacho asistieron a la misa y prácticamente se dio apertura de la fiesta, que incluye durante estos días, paseos en caballos y burros por el barrio de Pie de La Popa, una ancestral tradición que es criticada, pues muchos vecinos del sector se quejan debido a las molestias que causa el constante paso de los animales y porque consideran que está era una costumbre de cuando Cartagena era más rural. Aseguran que los tiempos han cambiado.
De todas maneras, desde hoy los cartageneros se envuelven en un ambiente festivo, que algunos lamentan no sea tan religioso. Sin embargo, desde su origen la celebración católica era acompañada de festejos a cielo abierto por las masas empobrecidas, esclavos, pardos, mulatos e indígenas, que en las faldas de la Popa armaban bailes a son de tambor, mientras los grandes señores, en sus casonas, vestían elegantemente y homenajeaban a la Virgen.