Es cierto, no hubo homicidios ni personas muertas en los ruedos por heridas de toros, en los cuatro días de encierro en las corralejas de Arjona, pero el desangre de un caballo en el ruedo, luego de que un astado lo corneara mortalmente, volvió a encender la polémica sobre el maltrato que sufren los animales en estos eventos.
Después de cinco años consecutivos en los que al menos una persona perdió la vida durante las fiestas de corralejas de Arjona, debido a riñas o como consecuencia de cornadas sufridas en el encierro taurino, las festividades de esa población bolivarense finalizaron el lunes festivo con cero muertes violentas.
En contraste con el balance positivo de homicidios, el caballo de un garrochero murió desangrado en el ruedo, luego de ser corneado en la última tarde de las corralejas.
El equino, que sufrió afectaciones severas en las vísceras, quedó tendido en la arena, paradójicamente, en frente de un aviso en el que se leía: ‘No al maltrato animal’, y que fue puesto en los palcos por los organizadores del tradicional festín.
En el momento en que el reportero gráfico de EL HERALDO Javier García capta instantes de la agonía del animal, los aficionados la emprenden contra el fotoperiodista lanzándole botellas y otros objetos.
Al respecto, la alcaldesa de Arjona, Esther María Jalilie, dijo que está a la espera de un informe para conocer detalles de lo ocurrido, y se refirió a las medidas que se tomaron desde un principio con respecto a la protección de los animales.
Indicó que desde que se iniciaron las festividades, cinco veterinarios fueron asignados para atender cualquier tipo de emergencias que pusieran en riesgo la salud de los animales que hicieran parte de eventos como la cabalgata y las corralejas.
Sin embargo, pese a lo expresado por Jalilie, lo ocurrido el lunes festivo dio al traste con lo estipulado por los organizadores. No se pudo evitar la muerte del caballo, por la gravedad de la herida. Estos animales no llevan ninguna protección para evitar la arremetida de los toros.
La muerte del equino en las corralejas revive la polémica que se desató en la región Caribe, en enero del año pasado, cuando se conocieron las imágenes de un toro que fue descuartizado por una turba, con armas blancas, en las corralejas de Turbaco, población vecina de Arjona.
Fue tal el revuelo generado por el hecho de violencia contra los animales, que el domingo 15 de febrero de ese mismo año, el entonces alcalde de Arjona, Orlando Cogollo Torres, lideró una consulta popular para decidir si los pobladores del municipio eran partidarios de que en 2015 se realizaran las tradicionales corralejas.
En ese entonces, con la asistencia a las urnas 1.372 votos, de los cuales 806 fueron a favor de las corralejas y 572 en contra, los arjoneros le dijeron sí a su tradicional celebración.
Este año, al término de una nueva versión de las corralejas, Luis Emiro Sierra, empresario organizador, dijo que asistieron en los cuatro días unas 20.000 personas. Aseguró que se ejerció más control en la selección de los garrocheros y los manteros. Todos los días hubo 28 toros en faena. Cerca de 30 personas resultaron heridas como consecuencia de cornadas.
La Policía de Bolívar reportó 29 capturas, por diversos delitos como porte ilegal de armas y tráfico de estupefacientes, entre otros.
Rechazo de los animalistas
Tras el nuevo caso de maltrato animal en Arjona, la vocera en Colombia de la organización internacional Anima Naturalis, Andrea Padilla, reiteró su llamado para que se suspenda este tipo de eventos en el país.
'No se pueden justificar las llamadas corralejas con el argumento de una falsa identidad popular. Las cifras de maltrato animal y de personas que resultan heridas o pierden la vida son una muestra contundente de que este tipo de eventos deben ser suspendidos', dijo Padilla en diálogo con EL HERALDO.
Padilla dio a conocer que, por los sonados casos ocurridos el año pasado en corralejas de Turbaco (Bolívar) y en Buenavista (Sucre), donde dos animales fueron asesinados, Anima Naturalis acudió al Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, en París (Francia), y actualmente las denuncias son estudiadas.
'Continuamos haciendo uso de los recursos de los que disponemos', dijo.