Literalmente satanizado por fuera de sus linderos, adentro -en las entrañas de este castillo de cuarenta y cinco mil toneladas de acero- la vida avanza a todo vapor, con logros a su paso.
Están como blindados a las tormentas mediáticas de los escándalos y a las críticas que estallan a lo lejos de sus fronteras industriales.
Es la Refinería de Cartagena, que está en el ojo del huracán, tras conocerse los resultados preliminares de las investigaciones de la Contraloría y Fiscalía General de la Nación por los supuestos sobrecostos pagados a la firma constructora CB&. Este complejo de acero debió hacerse por unos 4.000 millones de dólares y terminó costando 8.000 millones de dólares.
A la considerada planta de refinación de hidrocarburos más moderna de América Latina parece que se le hubiera dañado la fiesta, antes de que comenzara.
Sin embargo, sus motores y sus máquinas parecen 'estár ajenas' al escándalo. Contra los malos augurios, según sus directivos, la semana pasada, la planta de coque de petróleo despachó 51.000 toneladas de este producto para un país de Asia, cuyo nombre, por confidencialidad, Reficar mantienen en reserva.
Es uno de los primeros hitos de producción de este complejo industrial, desde cuando el presidente Juan Manuel Santos puso en operación a la primera planta, en un acto que significó su inauguración oficial.
Desde enero hasta marzo de este año, de esta ciudad de acero salieron los primeros cinco millones de barriles de petróleo con destino a naciones de EE.UU., Centroamérica y el Caribe. Las exportaciones de los distintos productos dejaron ingresos por 176 millones de dólares, en este trimestre.
Refinería adentro lo que se respira es un ambiente de orgullo por la obra que se edificó en el complejo industrial de Mamonal. El vicepresidente de Seguimiento y Control a la Operación, de Reficar, Disraeli Ortiz, lo dice con tono grandilocuente: 'En 200 años de independencia no se había hecho un proyecto de esta envergadura en el país'.
Y la describe en tono coloquial: 'Esta es una refinería con 'todos los juguetes''.
Otra de sus victorias opacadas por las investigaciones sobre irregularidades durante su proceso de construcción, es el éxito casi total de su encendido.
Ya arrancaron 30 de las 34 plantas que funcionan en el complejo y se estima que en el segundo semestre de este año se logre la totalidad del arranque de las unidades.
Sin embargo, para el ingeniero Ortiz el proceso de encendido de las diferentes áreas es una tarea complicada. 'Este es un año de aprendizaje y tenemos que aprender a lidiar a la planta. Estamos conociendo las unidades', dijo el directivo.
Agregó que la inversión total de la refinería se recuperará en 12 años. Pero advierte que aún faltan contratos por cerrar.
Los vientos que soplan en la torre de manejo de sólidos de este complejo no son huracanados. A 30 metros de altura, donde se ve esta maraña gigantesca de metal, se trituran productos del petróleo que van a los mercados internacionales.
El presidente de Reficar, el ingeniero químico Reyes Reinoso Yánez, dice sobre este megaproyecto hecho realidad: 'Yo le doy a Colombia un aplauso. Porque logró un proyecto que se financió durante una crisis económica mundial y allí está. Se criticó que no se iba a terminar y allí está. Dijeron que no íbamos a poder arrancar esta planta y allí está. Y todo esto se hizo con colombianos, con gente capaz, que se rompió el pecho por su país. Por eso cuando se habla mal de esta obra, se habla más de Colombia, no de mí'.