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¿Por qué encerraron a las murallas de Cartagena? La pregunta no solo se la hacen en la calle residentes y turistas, sino también algunos entendidos en asuntos patrimoniales.

La directora de la Sociedad de Mejoras Públicas, y quien por 18 años administró las fortificaciones, Claudia Fadul, dijo a EL HERALDO que los bolardos unidos con cadenas, quese colocan desde octubre del 2015 y que ahora son más evidentes en la zona de murallas, 'son un cerramiento inadecuado'.

Para ella, 'las cadenas representan siempre una hostilidad y Cartagena lo que tiene que hacer es abrir sus espacios verdes'.

Sin embargo, el director de Obras de la Escuela Taller Cartagena de Indias, ETCAR, entidad que se encarga de las fortificaciones, Mario Zapateiro Altamiranda, aseguró que se trata de una medida de protección para evitar que estas áreas sean utilizadas como estacionamientos de vehículos.

Entre octubre del año pasado y este julio, la ETCAR instaló 1.120 bolardos a lo largo de 1.679 metros lineales. Zapateiro dijo que en total serán 2.700 bolardos con cadenas y collarines.

Sostuvo que los Bienes de Interés Cultural del ámbito nacional, como las murallas, 'no pueden ser sometidos a vibraciones de vehículos rodando cerca de ellas porque, aparte de que genera un obstáculo visual para la apreciación del monumento, genera un deterioro a sus cimentaciones'.

Agregó que es también una recomendación del reconocido ingeniero experto en estructuras que asesora a la ETCAR, Jorge Rocha Rodríguez, y aprobada por el Comité de las Fortificaciones, que sesiona todos los meses.

Fadul, entre tanto, considera que el cerramiento, 'es agresivo, obsoleto y arcaico', y aseguró que 'va a requerir de mucho dinero para su mantenimiento'.

Para la exadministradora de las fortificaciones, el encadenamiento es 'indebido' porque, a su parecer, las zonas verdes deben destinarse para el disfrute público.

Para ella, en estos sitios debieron colocar jardines, caminos peatonales y sillas 'con un diseño amistoso para el bien de la ciudadanía'.

Fadul informó que un año antes de dejar el manejo de las murallas presentó a consideración del Ministerio de Cultura un proyecto realizado por la diseñadora de jardines, la bogotana Marta Fajardo, que buscaba aprovechar los espacios, sin cerramientos.

'Creo que la protección no debió ser con un amojonamiento tan duro como el que se hizo. Es inapropiado, porque esos espacios son para el disfrute del patrimonio', dijo.

Pero otra visión tiene Zapateiro de la ETCAR: 'Una de las zonas que refleja el cambio producido por estos trabajos es la cercana a la cortina de muralla que une a los baluartes de San FranciscoJavier y de Santiago Apóstol, que colinda con el Parque de la Marina, y que hasta octubre del 2015 fue utilizada indebidamente como estacionamiento de todo tipo de vehículos, desde motocicletas hasta buses', dijo.

Agregó que ahora el área está despejada y disponible para el desarrollo de actividades deportivas, principalmente. Dijo que los bolardos no impiden el tránsito peatonal y que hay habilitadas entradas para las personas en condición de discapacidad.

Se invirtieron en el 2015, $29.217.500. Y este año son $51.982.500.

Para algunos cartageneros como Alfonso Sandoval, quien se dedica a oficios varios, el cerramiento es una buena determinación. 'Se ve bien, evita que se metan motos y carros', dijo. Una ama de casa, que no quiso dar su nombre, dijo: 'hubiera sido mejor con plantas'. Y el administrador de empresas, Oscar Mejía, aseguró que 'con esto la ciudad la ciudad se embellece, se protege el entorno amurallado'.