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‘Ángeles somos’, la tradición popular que cada 1 de noviembre llena de cánticos al ritmo de ollas y tapas de caldero las calles de los barrios cartageneros, sigue viva en el ‘corazón’ de los sectores más representativos de la ciudad.

Desde las primeras hora s del día de ayer, en barrios como Olaya Herrera, El Líbano, El Pozón, Paseo Bolívar, Getsemaní, Canapote, Blas de Lezo, Nelson Mandela, el popular estribillo: 'Ángeles somos, del cielo venimos, pidiendo limosnas pa’ nosotros mismos', era coreado por grupos de niños y adultos, que aunque no en el número de décadas anteriores, mantienen viva esta tradición propia del Caribe colombiano.

'Esta es una gran oportunidad para que los niños y los jóvenes conozcan nuestras tradiciones, nuestra cultura, la valoren, y sobre todo para que la mantengan y la difundan, que es lo más importante', aseguró Fernando Pineda, un docente del barrio Blas de Lezo, quien acompañó a un grupo de niños durante su recorrido.

Yucas, plátanos, arroz, papas, verduras, y en algunos casos, uno que otro kilo de carne, hicieron parte de la ‘cosecha’ que terminó convertida en un suculento sancocho en las calles de estos barrios, después de una jornada de festejo que además anuncia la llegada de las celebraciones más importantes en Cartagena, las del 11 de noviembre.

Las 32 candidatas al Reinado de la Independencia, como embajadoras de las Fiestas de Independencia, no se podían quedar por fuera de esta celebración y en cada uno de esos barrios incentivaron el popular festejo. Dejando los tacones y con atuendos llamativos, las soberanas locales salieron a las calles, y a la par de los niños, hicieron su ‘tintililillo’.

Por su parte, la oficina de la primera dama Viviana Sánchez y el Instituto de Patrimonio y Cultura, también desarrollaron una agenda de actividades en varios puntos de la ciudad con el objetivo estimular la participación de los cartageneros en ‘Ángeles Somos’, y que inició con muestras culturales y desfiles folclóricos en el biblioparque del barrio San Francisco, siguió en Boston y concluyó en la biblioteca Jorge Artel y las calles del barrio Blas de Lezo.

'Estamos apostándole a rescatar los valores cartageneros, y darle la importancia que merece esta tradición que también hace parte de nuestras Fiestas de Independencia. Lo mejor es ver a los niños, a los jóvenes, a los adultos, reunidos en torno a una misma celebración y compartiendo un mismo mensaje', dijo la primera dama.

En horas de la tarde, el cabildo infantil ‘Ángeles Somos’ se tomó las calles del Centro Histórico y haciendo alusión a danzas típicas del Caribe colombianos, cerca de 150 niños ratificaron que ellos siguen siendo el alma de esta celebración, que se inició como una tradición católica para depurar a sus fieles de la fiesta de las brujas del 31 de octubre y que rápidamente fue apropiada y llevada a su contexto en el Caribe colombiano.