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Las pruebas y las evidencias del desplome del edificio de Blas de Lezo fueron halladas en medio de un allanamiento por parte del CTI de la Fiscalía en un barril.

Dentro del tonel, según se logró establecer, se hallaron los documentos, las escrituras, las promesas de compraventa, tarjetas SIM, chequeras y USB que contenían la información de otras construcciones y principalmente la de la edificación que colapsó y que terminó con la vida de 21 obreros y 23 resultaron heridos. La tragedia se registró el pasado 27 de abril de este año.

Algunas de estas evidencias fueron expuestas en las audiencias donde se legalizaron las capturas y los allanamientos; sin embargo, otro paquete se mantiene como un as bajo la manga por parte del ente investigador para llevarlos a otras instancias del proceso.

Un estudio

Uno de estos paquetes que se han reservado hacen referencia a los estudios adelantados por parte de la Universidad de Cartagena en los que se estableció que el ahorro en el material habría sido fundamental para el desplome de la edificación. Las observaciones hechas por la alma mater fueron claros al respecto al señalar, por ejemplo, que en lugar de usar ocho varillas se utilizaron solo tres.

Fue así como el ente investigador con las pruebas en las manos comenzó a armar un rompecabezas en el que se hicieron los primeros señalamientos de las personas implicadas en este hecho. Wilfran Quiroz como constructor y dueño del proyecto; su hijo, Luis David Quiroz, quien cursa décimo semestre de arquitectura y Luis Eduardo Agresor Torres, maestro de la obra.