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Margarita Russo y su familia viajaron más de cuatro horas desde Ciénaga, Magdalena, para recibir la bendición del Papa Francisco en Cartagena. En la Plaza San Pedro Claver, donde el Sumo Pontífice hizo el tradicional Ángelus de domingo, ellos y cerca de dos mil personas más escucharon la invitación del Santo Padre a seguir los pasos de Pedro Claver y María de Chiquinquirá a trabajar por la dignidad de todos, en especial por los pobres y descartados de la sociedad, por los abandonados, los inmigrantes.

Nadie quería perderse la oportunidad de escuchar y sobretodo de ver al hombre que tiene en sus hombros la renovación de la Iglesia Católica.

'Cada minuto y cada hora que esperamos valió la pena. Ver al papa Francisco es un regalo de Dios porque él es un ser humano que valora al vulnerado', dijo Margarita, después de cumplir su sueño de estar cerca del Papa.

Este mismo sentimiento se apoderó de la hermana María Asís, quien orgullosa exhibía frente a sus compañeras de congregación la imagen que captó del Santo Padre. 'Ya he visto al redentor. El padre puede mandar por esta sierva en cualquier momento', aseguró la religiosa con 50 años de servicio.

En el interior de la Iglesia San Pedro Claver la emoción no fue menor. 400 personas, miembros de comunidades afrodescendientes, indígenas y congregaciones religiosas esperaron pacientemente hasta que el Papa terminara su intervención a las afueras de la iglesia.

Además de su encuentro con comunidades afrodescendientes e indígenas, Francisco tuvo una reunión íntima y muy cercana con la orden religiosa de sus hermanos Jesuitas en el patio de la iglesia San Pedro. Durante 15 minutos, el jerarca les habló de su experiencia en Colombia y de que su labor como representantes de la fe católica era caminar al lado, delante y detrás del pueblo.

Monseñor Córdoba Villota reveló que el Papa aseguró que lo que más le gustó de esta visita a Cartagena fue la expresividad y la alegría de la gente.'Demostraban que la gente sabe dónde está Dios', relató.

Tras concluir su visita a San Pedro Claver, el Papa se dirigió a la Agencia de Cooperación Española, en el Claustro Santo Domingo, donde tuvo un almuerzo con algunos 70 miembros de su comunidad religiosa.