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A las 6:46 de la tarde cayó como una descarga eléctrica el sonar de los tambores, las trompetas, la flauta de millo y las liras que dieron el inicio de la despedida al papa Francisco.

Fue como abrir unas esclusas de alegría para una tarde con carga de nostalgia. 'Colombia tierra querida, himno de fe y alegría. Cantemos, cantemos todos grito de paz y armonía', hizo que los hombros de muchos comenzaran a menearse con algo de timidez como guardando la compostura del momento.

Las faldas tricolores surcaron el aire que se volvió espeso gracias al calor de las más de 500 personas apostadas en la tribuna frente al Pastor Uno que llevó a Su Santidad de vuelta al Vaticano.

La Banda Departamental de Baranoa y los danzantes del Carnaval de Barranquilla que sumaron 160 personas fueron las encargadas de dar la última gran imagen de un país que vivió un momento histórico y de reflexión.

Un par de aplausos y la mirada atenta del Santo Padre fueron los grandes premios de estas dos agrupaciones que le pusieron el colofón a cinco días de espiritualidad a flor de piel.

'Fueron unos nervios intensos con los que lidiamos las horas previas, pero todo salió maravilloso. Fue una emoción muy grande y qué privilegio estar frente a una persona tan dulce y tan amable como el papa Francisco', dijo Xenia Fernández, directora artística del evento de despedida del Sumo Pontífice.