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 Un grupo de turistas chilenos se convirtieron en las nuevas víctimas de los abusos que se cometen con los visitantes extranjeros que llegan a Cartagena. Dos de ellas denunciaron que fueron estafadas al tener que pagar $450.000 por unos masajes en los pies y los brazos.

El nuevo hecho que ha encendido las alarmas y que pone sobre aviso a las autoridades de la administración distrital se registró en las playas de Bocagrande. Paulina Calvo, como se llama la turista chilena, sostuvo que fue la ‘pruebita’ de los masajes que le ofrecieron lo que la hizo pecar, pues accedieron de la mejor manera y cuando les cobraron se vieron sorprendidas.

Sumado a este hecho, los visitantes se quejaron del acoso constante por parte de los vendedores que no los dejaban tranquilos un solo instante.

Paulina Calvo recordó que cuando decidieron devolverse a su lugar de hospedaje, un muchacho se les acercó para ofrecerles un producto, pero ella en compañía de su hija y una amiga le pidió una recomendación de un restaurante para comprar su almuerzo. La afectada narró que al esperar la comida, una masajista se les acercó para ofrecerle su servicio con la famosa 'pruebita'.

'Solo nos hizo un masaje en los pies y parte de los brazos a mi hija y a mí, con un acondicionador para el cabello durante cinco minutos. Después nos encontramos con la sorpresa que la prueba valía $150.000 cada una', contó la turista afectada.

Indignada agregó: 'la verdad nos sentimos estafadas porque en Santiago de Chile, de donde somos oriundas, nosotras pagamos en un centro de estética profesional menos valor y por un tiempo aproximado de 45 minutos. Si esa muchacha todos los días cobra de esa manera, se va a volver millonaria', dijo.

Lo que se logró establecer es que la mujer habría sido capturada por parte de la Policía de Cartagena sindicada de estafar a dos turistas chilenas, a quienes les exigió la suma dinero por la llamada 'pruebita' de un masaje relajante. 

Un video que la turista le grabó a la masajista fue clave para que las autoridades la capturaran.

Hasta mediados del año pasado eran 670 los vendedores informales que contaban con la confianza legítima para trabajar en las playas que van desde Bocagrande hasta Crespo.

No es la primera vez

 Hace un año exactamente el drama lo vivió una pareja de turistas franceses pensionados cuando en el corregimiento de La Boquilla fueron atracados luego de que les cobraran por una picada de mariscos, dos pescados, tres cervezas y una botella de agua la suma de $850.000.

La pareja de franceses se negó a cancelar el cobro abusivo de un almuerzo en La Boquilla. Luego al marcharse del lugar fueron asaltados por aquellos que pretendían estafarlos y les robaron entonces dos gafas de sol, un celular Samsung S6, la licencia de conducción y la mochila.