Adecuación de espacios especiales para respetar el pudor y la intimidad, canecas para el manejo de residuos inorgánicos y un rancho general tomado literalmente por un ambiente femenino, fueron entre otros los detalles que marcaron la gran diferencia del crucero del buque Gloria en la celebración de sus 50 años.
La vanidad quedó relegada por momentos desde el pasado 18 de junio cuando se abrió el espacio para que 52 marineras bravías y tenaces se hicieran al mar desde Perú en un recorrido especial que marcará la historia de la más emblemática embarcación de la Armada Nacional.
Solo tres cadetes hombres hicieron parte de este crucero que los marcó para el resto de su vida naval pues coincidieron en que nunca habían estado rodeados de tantas mujeres y se habían sentido tan especiales.
Tal y como lo confirma el cadete tolimense Juan Méndez Urueña quien ingresó a la Armada hace dos años, el 18 de julio de 2016 y quien hizo parte de esta gran aventura. Señala que el gran sueño de su vida era embarcarse en el Gloria pero no con 52 mujeres. Al joven Méndez desde que vio que eran solo tres hombres le asaltó la preocupación al verse enfrente de tanta mujer y pensó que estaría atiborrado de tareas y de trabajo a bordo del buque.
'El haber navegado con solo mujeres es una experiencia muy grande porque de ellas uno aprende mucho. Ellas son capaces y me demostraron que tenían las condiciones para realizar las maniobras que nos pedían', comenta el cadete con orgullo y emocionado de haber pisado tierra firme en Cartagena recientemente en el marco del Sail donde lo esperaba su familia.
Destaca el cadete que en una de las tantas noches navegando se hizo un llamado para adelantar la maniobra en el buque de velas cuadras que consiste en extender velas para que el viento siempre dé por la misma cara. 'Esta maniobra es de mucha fuerza y corría una fuerte brisa. Gracias a Dios sacamos adelante la tarea toda la tripulación'.