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'A Playa Blanca viene el rico, el pobre, el acomoda’o y hasta el lleva’o. Lo único que pedimos es que sean responsables y nos cuiden la playa'. Sentencia antes de tomarse un sorbo de agua de panela, Francisco Miranda, un nativo de 56 años, que al igual que otros tantos residentes del balneario, mira con preocupación la falta de controles sobre este apetecido rincón turístico de la Isla de Barú.

Para el propietario de ‘Pacho Lay’, un hostal y restaurante, ubicado al extremo final de la playa, episodios como los de este domingo en el que Playa Blanca alcanzó una 'sobrecarga' en la capacidad establecida en 2016 por Parque Naturales (3.124 personas), son el resultado de la falta de planificación de las autoridades y el uso inadecuado de todos los kilómetros de playa.

'Playa Blanca está conformado por tres kilómetros y medio de playa, y la gente se concentra en el primer kilómetro, entonces es imposible que no haya congestión y desorden. Además tampoco se está regulando el ingreso de comidas y de bebidas a la playa como se anunció hace un par de años', explicó el también integrante del Consejo Comunitario de Playa Blanca.

Él dice que además le preocupa que esta 'falta de regulación' y de 'ejercicio de autoridad' terminé por beneficiar los 'múltiples interés económicos' que hay sobre el balneario.

La alcaldesa (e) de Cartagena Yolanda Wong, por su parte, aseguró que el Distrito hace controles continuos de precios, ingreso de visitantes y vehículos a Playa Blanca, y que ella particularmente recibe cada hora reportes sobre la situación del balneario.

Buses, desde la 1 am

A las 11: 00 de la mañana del pasado domingo, la fila de buses en la carretera que conduce a Playa Blanca taponaba más de un kilómetro de vía. 

Los primeros reportes del Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte (DATT) indicaron que 240 buses y 350 carros particulares alcanzaron a ingresar al balneario, pero que el caos vehicular y de acceso fue causado por otra veintena de vehículos que al no encontrar parqueaderos, se ubicaron sobre la vía para que sus ocupantes ingresaran a la playa caminando.

Agentes del DATT que custodian la zona, señalaron que cuando llegaron al lugar , a las 5:00 de la mañana, los dos parqueaderos que funcionan en Playa Blanca ya estaban al tope.

'Desde las 1:00 de la mañana empezaron a llegar buses de Barranquilla, que fueron los que llenaron todo esto. Ellos se vienen bien madrugados para que nos les pongan problema al entrar', relató uno de los cuidadores de los parqueadero, que ayer también estuvieron muy cerca de alcanzar su punto máximo.

Pero este 'turismo de arroz de lisa', como lo llaman en Playa Blanca para hacer alusión al turismo que viene especialmente del Atlántico, solo trae desorden y congestión, según describe Alejandro Herrera, un vendedor de cócteles.

'Esos no son buenos días para nosotros los vendedores. Las ventas son muy bajas, porque la gente que viene en esos buses que vienen de Barranquilla, de Valledupar y zonas aledañas, traen hasta los chicles que se van a comer', dijo entre risas el joven. 

Y aunque coincidían en que cualquier persona sin excepción tiene derecho a disfrutar de la playa, llamaban la atención sobre el aumento de riñas en estos días especialmente.

Para los vendedores y nativos de Playa Blanca, el fin de situaciones como las del domingo es que se haga cumplir el decreto 0885 de 2016, que prohibió el ingreso de alimentos y bebidas a las áreas protegidas de ese parque natural, y que ordena que el horario de uso permitido de todas las playas del Distrito (tanto insulares como continentales) solo sea entre 6 a.m. y 6 p.m.

Tres camiones de basuras

Al mediodía de ayer, jóvenes recolectores de Aseo Urbano que avanzaban en su jornada de limpieza, le confirmaron a EL HERALDO que hasta ese momento ya habían sido evacuados de Playa Blanca tres camiones de basura producto de la ‘faena’ del día anterior.

'Encontramos de todo en la basura, pero la mayoría son bolsas de comida, latas, cosas que la gente puede empacar y llevarlas en sus carros y no dejarlas tiradas en la playa', sostuvo.

Pero, ¿cuál es el encanto de Playa Blanca? Un turista argentino que hace dos días se hospeda en uno de los 25 hostales que ya funcionan en el balneario, y que están ubicados justamente en esos dos kilómetros de playa menos concurridos, asegura que sentirse alejado del caos de la ciudad es precisamente su mayor tesoro.

Margarita Otero, una esteticista paisa, que está de vacaciones en Cartagena, y que aprovechó para conocer la playa, dice que 'con certeza' que el agua cristalina y la arena blanca, que son poco comunes en otras playas del país, son el mayor encanto de este paraíso que cada día sigue y sigue llamando la atención de cientos de turistas nacionales y extranjeros.