Las autoridades de salud de Cartagena confirmaron la noche de este domingo que el interno Rafael Bolívar García Rodríguez, fallecido en la Cárcel de Ternera por posible COVID-19 fue sepultado en las últimas horas.
Lo anterior, tras superar las diferencias con uno de los hijos del recluso, que no permitía que el cadáver de su padre se trasladara de la cárcel, porque necesitaba que Medicina Legal le practicara un estudio.
La negativa se dio pese a las instrucciones que se le dieron del riesgo de contagio que corrían los funcionarios del área administrativa y los reclusos, se procedió a su inhumación.
Una vez se conoció el caso, el Departamento Administrativo Distrital de Salud había solicitado a una funeraria de la ciudad que preparara el sepelio, con cargo a recursos del Estado, pero por las diferencias con familiares del interno solo se logró sepultar solo en horas de la tarde.
El sábado, el director del penal informó que la muerte de García Rodríguez se debió a causas naturales, pero en las últimas horas, el Dadis pidió un examen post mortem que fue practicado por Fiduprevisora. El médico que realizó las pruebas declaró que el deceso estaría asociado al COVID -19, lo que activó los protocolos para el tratamiento de cadáveres por esta enfermedad.