Sentado en una silla, esperando el turno para que aplicaran la primera dosis de Pfizer, Ernesto Brugés empezó a esbozar cómo podría lograr que su segunda dosis no se aplicara en 90 días, sino en 21, como estaba estipulado por la misma farmacéutica y el Estado colombiano en las primeras tres etapas.
Fue así como el abogado y ambientalista cartagenero, después de recibir su primera dosis el día 17 de junio, lo primero que hizo fue llamar a su hermano y pedirle una asesoría para poder sustentar una tutela que amparara sus derechos fundamentales y recibir su segunda dosis el 8 de julio.
Brugés, en diálogo con EL HERALDO, aseguró que ese 17 de junio mientras esperaba su turno, las trabajadoras de la salud les socializaron el procedimiento de los 90 días, es decir, el 15 de septiembre tendría que regresar.