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Las alarmas se encendieron a las 10:15 de la mañana cuando una de las vigas principales de un edificio en construcción de siete pisos, ubicado en el Plan 400 del barrio Blas de Lezo cedió y los gritos de advertencia de que se debía evacuar generaron el pánico entre los 40 obreros que laboraban en esta estructura. Diez de los trabajadores lograron saltar quedando heridos. Los treinta restantes quedaron atrapados entre los escombros.

Trescientas cincuenta personas de los diferentes organismos de socorro participaron activamente en el rescate de los obreros. Cinco fueron hallados sin vida, según reportaron las autoridades, mientras otros cinco cadáveres fueron encontrados durante la mañana de este viernes, para un total de 10 fallecidos. EL HERALDO confirmó que a las 6:32 de la tarde de ayer solo una persona había ingresado a la morgue de Medicina Legal y fue identificada como Ómar Mendoza.

En medio de aplausos y la algarabía entre la comunidad daban la bienvenida nuevamente a la vida a cada uno de los obreros que eran hallados entre los restos de las ruinas. 21 personas fueron en total trasladadas a los centros asistenciales.

Manuel Vicente Duque, alcalde de Cartagena, dijo que había hablado con un obrero de Venezuela quien le dijo que su hermano estaba entre los escombros, un piso más abajo. 'Yo hablé con el muchacho y me dijo que su hermano estaba ahí. El joven es sobreviviente y dice que él cayó de un piso más arriba, pero su hermano estaba abajo', sostuvo Duque. La administración decretó para el viernes 28 de abril un día de duelo y bandera a media asta.

Doce ambulancias aguardaban a los lesionados para que fueran trasladados a las clínicas Blas de Lezo, Madre Bernarda, Gestión Salud, Barú y Hospital Universitario del Caribe. La zona fue acordonada por parte de la Policía y hasta el lugar se trasladaron miembros del Escuadrón Antidisturbios.

Instalan el Puesto de Comando Unificado

El Puesto de Comando Unificado fue instalado cerca del sitio de la emergencia por los organismos de socorro del Distrito que trabajaron de la mano con el Comité de Gestión de Riesgo. Miembros de la Defensa Civil, bomberos de Ecopetrol, personal del CTI de la Fiscalía y la Armada Nacional trabajaron unidos frente a una emergencia que paralizó completamente a la ciudad. Una retroexcavadora y una grúa llegaron al sitio para remover los escombros y hacer la tarea más rápida y diligente.

Todos los ojos de los cartageneros se concentraron en el desplome de esta edificación que, ante los ojos de varios de los vecinos consultados por EL HERALDO, habían concluido de manera apresurada.

Van llegando los familiares

El dolor unía a las familias de los obreros que fueron llegando a verificar que había sucedido con su ser querido. La angustia y el pánico se sumaban a la impotencia de ver que los organismos de socorro no entregaban a tiempo los reportes de las personas rescatadas. Uno a uno iban llegando y eran detenidos por parte de la Policía que había decidido acordonar el sitio para que los organismos de socorro pudieran adelantar sus labores.

Javier Salas, un joven de 23 años, llegó con la incertidumbre de saber qué le había ocurrido a su padre. Los miembros de la Fuerza Pública lo corrían a empujones sin entender que la procesión iba por dentro y que no sabía nada del paradero de su progenitor. En medio de la tensa situación un agente de la Policía lo agredió y solo cuando se enteró de lo que había ocurrido se disculpó y le permitió que pasara la custodia.