Hoy, aquellos jóvenes apasionados por el juego virtual, reunidos en una sala frente a una pantalla divirtiéndose, son unos flamantes empresarios que ingresaron con su propio proyecto al mercado de los videojuegos y que no solo empezaron a conquistar a la industria local y nacional, sino que ya referencian en su portafolio a clientes internacionales.
Así nació Biinyu Games Studio, una compañía de software, que se describe como 'una casa de desarrollo de contenidos multimedia que desarrolla videojuegos multiplataforma, contenidos basados en realidad virtual y realidad aumentada, animaciones en 2D y 3D, y aplicaciones móviles'.
Este es el proyecto innovador hecho ya un negocio rentable, creado por cuatro jóvenes emprendedores, que tienen entre 24 y 27 años: Jhon Alexander; Danilo Santiago Vargas; y José Peinado. Tres ingenieros de Sistemas, de la Fundación Universitaria Tecnológica Comfenalco y una historiadora de la Universidad de Cartagena.
A finales del 2015, tuvieron la brillante idea de hacer empresa creando sus propios videojuegos. Se dieron cuenta de que en el mercado local no había una empresa trabajando en este negocio. Entonces empezaron a prepararse y fue así como ganan una convocatoria del Ministerio de Cultura y logran una mentoría de seis meses.
En enero del 2016, oficialmente sale a la luz del empresariado de sistemas, Biinyu Games Studio. Danilo, uno de sus fundadores, le dijo un día a su mamá: 'Madre, lo siento, te quedaste sin sala en la casa'. Y así fue. Al rato, el joven ingeniero y sus socios estaban montando mesas y computadoras, aún eran equipos y mobiliario muy básico. 'Las sillas era Rimax', recuerdan ahora.
Comenzaron los cuatro y hoy el equipo lo integran entre ocho y doce profesionales. Los primeros días fueron difíciles. Tratar de vender videojuegos a empresas formales no era cosa fácil.
'En Cartagena y en la Costa Caribe muy poco se conocía de la producción de videojuegos. Nos tocó sensibilizar a los clientes para que supieran qué era un videojuego, para qué puede servir, más allá de entretener. Ese era nuestro reto. Iniciamos con una meta, que era crear juegos propios, pero el mismo choque de que el desarrollo de los videojuegos requiere recursos, nos llevó a aprovechar al máximo nuestro conocimiento y convertirlo en un modelo de negocio rentable. Empezamos a tocar puertas a las empresas ofreciendo nuestro producto definido: videos empresariales', cuenta Danilo.
Tuvieron que lidiar con una constante entre los ejecutivos con los que se entrevistaron. 'Tenían la idea de que los videojuegos eran igual a niños', agrega Jhon. Pero los jóvenes empezaron a demostrar que los videojuegos podrían convertirse en herramientas fundamentales para la mejora de los procesos de las compañías.
Así surgen los dos modelos de negocio con los que cuentan actualmente y que no solo se venden en el país, sino que ya los están exportando, y que son: videojuegos para la captación y fidelización de clientes; y videojuegos para la capacitación del Área de recursos humanos de las empresas.
El proyecto arrancó realizando un videojuego para la reconocida firma de bebidas Pony Malta. La empresa obsequiaba regalos en los centros comerciales representados en paquetes de seis botellas de su producto, balones o audífonos.
Entonces, los jóvenes para dinamizar esto crearon un video de realidad virtual que se ambientaba en el estadio Metropolitano de Barranquilla y en el que en una cancha jugaba la persona que pretendía acceder al regalo de la embotelladora de bebidas. Entonces, dependiendo del número de tiros penales convertidos, así se daba el regalo. Aquello fue todo un éxito.
Los clientes fueron creciendo. Entre ellos se cuenta Fonrecar, el Fondo de Empleados de la empresa Ecopetrol. 'Tenían una necesidad puntual, daban un curso de capacitación en cuatro semanas, lo que les generaba gastos en contratación de docentes, alimentación, etc.. Nos propusieron algo que ayudará a dinamizar este proceso y creamos un juego de diez niveles, explicando lo que era la economía solidaria.
En dos horas los asociados tenían toda esa información y se certificaron en economía solidaria. Así el fondo dejó de dar la capacitación presencial y a cambio colgó en su página web nuestro videojuego', cuentan los jóvenes empresarios.
Este crecimiento se ha dado de la mano de dos entidades que han apoyado su proyecto, como lo son la Cámara de Comercio de Cartagena y Procolombia. Gracias a ellos se fortalecieron empresarialmente y han podido viajar al exterior a ruedas de negocios. De allí surgió su nuevo cliente en Panamá al que le venden aplicaciones móviles gamificadas con contenidos interactivos.
Hoy Biinyu Games Studio es más que una realidad. Se ríen a carcajadas cuando recuerdan aquella pasión de estudiante por los videojuegos y, en especial, cómo la sala donde se divertían, de la noche a la mañana se convirtió en su primera oficina: la semilla de lo que es hoy una empresa en crecimiento.