Cartagena. Hace cuatro años y diez meses los casi 5.000 habitantes del tranquilo pueblo de pescadores de Gambote, Bolívar, tuvieron que abandonar sus hogares, despavoridos, para salvar sus vidas.
Las aguas del Canal del Dique, que tiene una longitud de 115 kilómetros como un brazo del río Magdalena que va de Calamar hasta la Bahía de Cartagena, subieron en ese diciembre de 2010 a 9,5 metros y sumieron a los lugareños en la peor y más triste Navidad de toda su historia.
La creciente llegó a los techos y miles de personas tuvieron que dormir en cambuches de plástico y cartón, ubicadas en la otra orilla del corregimiento, mientras las lluvias de aquel diluvio no paraban.
Hoy pasa todo lo contrario. Será un diciembre de temperaturas implacables, de unas ciénagas secas donde los peces se mueren por falta de oxígeno y los manatíes son socorridos por los pocos pescadores que quedan. Cuando ven que estos mamíferos acuáticos se varan en el fango, los echan a los pocos espejos de agua que le quedan a la zona lagunar de Gambote.
A sus 43 años, Emilio Robles, quien ha vivido toda su vida en este pueblo, es el hombre que se encarga de medir el nivel del canal y reportarlo a las autoridades regionales y nacionales. A pocos metros del patio de su casa pasa esta lengua de agua que viene desviada desde el río Magdalena y que desemboca en la bahía de Cartagena.
El canal, durante este octubre, marca un nivel de 5,20 metros, cuando para esta época debería estar en unos 7 o 8 metros. La bifurcación del Magdalena cubre, además de Calamar y Cartagena, jurisdicción de los municipios bolivarenses de Arroyo Hondo, San Cristóbal, Soplaviento, Arenal o San Etanislao, Mahates y Arjona.
Para noviembre y diciembre el canal se crecía y había cierta alegría en el pueblo porque abundaban los peces, sustento de cientos de familias en este caserío caliente del municipio de Arjona.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam) declaró la 'alerta amarilla' en la zona. Aún el abastecimiento para el acueducto no ha colapsado porque la captación la hacen en otro sector. Sin embargo, el cambio de una válvula del sistema ha provocado, desde hace días, una movilización de habitantes al canal para llenar diferentes tipos de recipientes. Ellos mismos tratan el agua cruda para consumo.
El peor mes del año ha sido marzo. Las aguas bajaron dramáticamente por la falta de lluvias. El nivel llegó a 4,50 metros. Dicen que la sequía y la reducción del Canal del Dique produjeron el desmoronamiento de la tierra que sostenía la parte del patio de la casa de Magdalena Orozco, y la erosión provocó la caída de una parte de esta.
La Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique), ante la alerta nacional sobre El Niño, instó a los alcaldes de Bolívar a reactivar los planes de contingencia, realizar acciones preventivas y poner en práctica la planificación para hacer frente a la temporada de sequía, que se extenderá hasta el primer semestre de 2016.
Entre 2014 y 2015, según el Ideam, en Cartagena y Bolívar se incrementó la temperatura en 1,6 grados. Olaff Puello Castillo, director de Cardique, dijo que hacen seguimiento a los entes territoriales para el uso racional del agua a fin de garantizar el abastecimiento en la región.