Pasaron cerca de seis años –cuatro menos de los que demandó la puesta en operación de Transcaribe- para poner en servicio una de las obras más esperadas y controvertidas de esta capital: el llamado túnel de Crespo.
Se trata de un complejo vial de 2,5 kilómetros, que empalma la vía al mar, con la avenida Santander, entre La Boquilla y el sector de Marbella. Consta de un deprimido con dos rampas de acceso de 200 metros cada una, y el túnel sumergido de 600 metros de longitud con dos carriles en cada sentido.
Aún este miércoles cuando el presidente Juan Manuel Santos y su comitiva gubernamental llegaron a Crespo a inaugurar la obra, se escucharon voces de protesta de algunos residentes de este barrio residencial del norte de Cartagena.
Se quejan de que las obras no fueron fieles al diseño inicial, aprobado en los tiempos del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez y, especialmente, porque no contemplaba un puente como el que se construyó en el sector de Marbella, que, según los críticos, afectó el paisaje marino de esta zona y le quitó un tramo de playa a los residentes de barrios populares como Torices, Crespito y Daniel Lemaitre, entre otros.
Con la ‘bendición’ del presidente Santos a las obras de este anillo vial se cierra otro capítulo de proyectos siniestrados en la historia reciente de la ciudad, del que hacen parte el sistema integrado de transporte masivo, conocido como Transcaribe; y el emisario submarino, que conduce las aguas residuales al fondo del mar y que sirvió para descontaminar la bahía de Cartagena, que recibía el 60% del alcantarillado. Ambas obras ya funcionan en la actualidad.
Santos; el vicepresidente Germán Vargas Lleras; la ministra de Transporte, Natalia Abello; el alcalde Manuel Vicente Duque; y el gobernador Dumek Turbay, entre otros, estuvieron presentes en la inauguración de la obra. Veinte minutos después de haber terminado la ceremonia oficial, el túnel fue abierto para ser transitado por vehículos de todo tipo.
Durante su intervención, el Jefe de Estado conminó al Alcalde de Cartagena a que ofreciera el servicio de wi-fi en el parque lineal de 14 kilómetros que se construyó en el área de playas, y que está ubicado encima del túnel.
También le propuso a los cartageneros que pensaran en que esta zona, que contiene parques, canchas deportivas, ciclorrutas y playas, fuera bautizada con el nombre de Gabriel García Márquez, en honor al fallecido escritor, que tanto quiso a esta ciudad.
El alcalde Duque dijo que el proyecto representaba más bienestar para los cartageneros y contó que madrugó para ver las obras de ornamentación y recreación que contempló, y que se encontró con personas haciendo deportes y disfrutando este escenario urbano.
El proyecto también contribuye, como lo dijo Duque, a devolverle la vida de barrio a Crespo y descongestionar sus avenidas y calles, que eran un caos de movilidad durante las temporadas de turismo, por el desarrollo hotelero y comercial de la zona norte, especialmente de La Boquilla.
Las edificaciones de Crespo, además, ahora están protegidas por más de 50 metros de playa. Se construyeron siete espolones, un muro marginal de 2,3 kilómetros de longitud, un relleno hidráulico y una barrera sumergida. Se protegen de la erosión a 35 hectáreas de playa.
El vicepresidente Vargas Lleras se mostró muy satisfecho con la calidad de las obras entregadas, que suman unos $170.000 millones de inversión.
'Un magnífica obra que la ciudad estaba esperando y con la cual no solo se mejora el tráfico, sino que protege el medio ambiente, las playas y brinda mayor seguridad a ciudadanos y turistas', dijo Vargas Lleras.
El Anillo vial de Crespo hace parte de la Concesión Cartagena-Barranquilla, a cargo de la Agencia Nacional de Infraestructura y el Consorcio Vía al Mar.