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La luna creciente fue testigo del danzar del Garabato de Emiliano a la orilla del río en el Gran Malecón. Aunque no hubo ‘toros de azúcar’, el pasar del agua dulce le dio un sabor especial al primer desfile nocturno en el marco del precarnaval. Que además estrenó este escenario como posible punto para la realización de otras paradas.

'Así como la tradición llegó por el río, hoy vuelve a él y eso era lo que queríamos resaltar', expresó la secretaria de Cultura, Patrimonio y Turismo, María Teresa Fernández.