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Un derroche de alegría y buena música es el que se vive en la celebración de las Bodas de Plata del desfile del Suroccidente, el cual pone a gozar a los habitantes de esta localidad quienes sacan las sillas a las terrazas de sus casas para observar a los 276 grupos folclóricos que le dan vida a esta fiesta.

Puntual, a la 1:00 p.m arrancó el desfile desde la calle 76 con carrera 26, barrio Carlos Meisel. La sirena de los carros de bomberos puso a todo el mundo atento y a tomar asientos. Los tamboreros de las Casas Distritales de Cultura con su repicar estremecieron los oídos de los asistentes y a ritmo de cumbia encendieron los ánimos de inmediato.

Las canciones de Juan Piña siguieron haciendo eco y agitaron los pies de los bailarines.

Una de las primeras en aparecer fue la caporal de este año Emiliana Villar Palacio, quien con su disfraz de La Sollá le metió miedo a más de un adulto, y desató risas y llantos entre los niños. 'Hace 34 años me inventé este disfraz y hace 23 años estoy siendo protagonista de este desfile y me siento honrada por ser homenajeada, gracias a todos mis vecinos por el respaldo', dijo la estilista.