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Valentina Roa y Deimer José Lopez, ambos de 18 años, cargan en su pecho la banda que los designa como reyes del Carnaval de los Jóvenes. Este par de carnavaleros expresan que era importante que se abriera este espacio para la juventud teniendo en cuenta que existen representantes para todas las edades en el Carnaval de Barranquilla y hacía falta una figura para aquellos que no son niños ni adultos.

Valentina desde hace varios años ha estado vinculada a la fiesta folclórica más importante de Colombia. Esta estudiante de Comunicación social y Periodismo de la Universidad del Norte es miembro de la comparsa Kadanza y ha participado en el Sirenato de la Cumbia, se destaca de esta joven que mientras estudiaba bachillerato se consagró como reina intercolegial de la cumbia.

Deimer, quien también es estudiante de Comunicación Social, fue rey momo infantil del barrio Conidec, además hace parte del Grupo de Danzas Libres y es miembro del grupo folclórico de la Universidad del Norte.

Estos dos jóvenes se consideran carnavaleros de tiempo completo. Según ellos, respiran y viven el Carnaval de manera intensa y están siempre al pendiente de cualquier actividad en la que puedan vincularse para llevar el folclor a los rincones que sean necesarios.

Desde su visión como futuros comunicadores sociales consideran que tienen la ardua tarea de preservar la tradición y el folclor atrayendo a más jóvenes de su edad para que sientan la fiesta desde su esencia.

Otro de los objetivos principales de los reyes del Carnaval de los jóvenes es llevar a las comunidades de bajos recursos la alegría de sentirse parte de la celebración cultural.

Tanto Valentina como Deimer se consideran dos personas sensibles con el Carnaval de Barranquilla y con todo lo que se mueve en el entorno de este.

Reflexionan constantemente sobre el papel de la juventud en la manifestación cultural considerando que también son un eslabón importante en el objetivo de preservar la tradición.

Deimer y Valentina tienen claro que este año el Carnaval lo van a vivir de una manera diferente, pero como siempre cercanos al calor de la gente y con la misión de contagiar a más jóvenes de su edad para salvaguardar la tradición.