Como barranquillera me enorgullece enormemente cuando leo en la prensa nacional, periódicos y revistas, el empuje de Barranquilla, de cómo se ha convertido en el destino de inversionistas de finca raíz, industrias y empresas de servicios. Recientemente fue premiada como ciudad libre de analfabetismo. Sin embargo, y corriendo el riesgo de que me tilden de aguafiestas, la enorme necesidad que tiene la ciudad de Barranquilla de contar con espacios adecuados que permitan el acceso a libros y materiales de lectura en concordancia con la era de la información y con el desarrollo exponencial que ha experimentado esta ciudad en la última década implica dotarla de bibliotecas públicas modernas y con los servicios que requiere una ciudad del empuje de la capital del Atlántico. Un intento por cerrar la brecha en la desigualdad social de Barranquilla, al menos en materia de acceso a libros, podría ser fijarse una meta de 1 libro por habitante en el próximo cuatrienio de administración municipal. Campanazo para los candidatos a la Alcaldía.
Los sistemas metropolitanos de bibliotecas son responsabilidad de la ciudad misma. ¿Cómo es posible que la Biblioteca departamental Meira del Mar, cabeza de la red de bibliotecas públicas de los 22 municipios del Atlántico, tenga que velar por programas y proyectos de lectura de la ciudad? La Biblioteca Piloto del Caribe, de la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta, con profesionales excelentes pero insuficientes para la labor que debería estar ejerciendo. Comfamiliar del Atlántico, a través del Centro Cultural, atiende una población infantil enorme y ávida de lectura; la Biblioteca popular del barrio La Paz, del padre Cyrillus. Y no hay mucho más. Mintic ha invertido en el proyecto Vive Digital, pero sabemos que eso no es suficiente: las tabletas, computadores y demás dispositivos electrónicos son solamente instrumentos y no un fin en sí mismos para la lectura.
La ciudad tampoco ha invertido en espacios no convencionales para la lectura, ejemplo que sí han dado Bogotá y Medellín con espacios de préstamo de libros en parques, Transmilenio, el metro, hospitales y, hasta hace un tiempo, en plazas de mercado. Las bibliotecas públicas han demostrado ser espacios que facilitan estos acercamientos. Señores candidatos a la Alcaldía de Barranquilla, ustedes tienen la palabra.
Carmen Barvo
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