El 26 de septiembre del presente al sellarse el Acuerdo que pone fin al conflicto por más de 50 años, hubo un acto que precedió a las firmas de dicho Acuerdo, la intervención del grupo de canto femenino las Alabadoras de Bojayá (Municipio del Chocó), donde fue convulsionado por el conflicto en el año de 2002.
El grupo compuesto por diez integrantes, es una muestra que la música constituye un instrumento para la paz. En efecto, la música ofrece nuevas propuestas de vida, capaz de aunar sentimientos, vivencias de un entorno. Su relación con la paz, refleja un canto a las causas humanitarias, el respeto y la garantía de los derechos humanos. Así como el desarme y la no repetición.
Así mismo, la música como instrumento de paz, promueve la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar del otro y con ello, reconocer pensamientos, emociones y sentimientos. Permite la reflexión sobre determinado entorno, sus desdichas, pero también, sus valores y su cultura. Desarrolla la creatividad humana en la construcción de la paz y del cambio de situaciones injustas a raíz del conflicto.
En esa fecha histórica, las Alabadoras de Bojayá entonaron: /Queremos justicia y paz que venga de corazón, pa´ que llegue a nuestros campos salud, paz y educación/. En definitiva, no hay duda del significativo aporte de este grupo étnico a través de la música a un país mejor y a la construcción de paz.
Edgardo Enrique Salebe Morr.