Compartir:

Es preocupante, recurrente y una constante la abstención electoral en los diferentes comicios que se celebran periódicamente en el país.

Fenómeno que los colombianos venimos soslayando y que una vez más se presentó en el plebiscito que recientemente se celebró, que de un potencial de 34.889.945 de colombianos habilitados para votar, solo lo hicieron 13.066.047, es decir que el 69% se abstuvo de votar, no obstante que el plebiscito era consulta trascendental para el futuro del país. Esta situación es tan alarmante que la OEA, después de los resultados del plebiscito, les recomendó a los colombianos adoptar medidas para “incrementar el derecho al sufragio”.

Con este panorama hay que preguntarse qué es lo que lleva a los colombianos a asumir esta conducta apática e indiferente en los procesos electorales que se celebra en nuestro entorno.

Algunas voces afirman que la abstención está relacionada con que el voto no es obligatorio y que, aunque existen beneficios legales, muchas personas piensan que su participación no cambia el curso del país, que a la gente no le seducen las propuestas que presentan los diferentes candidatos a corporaciones públicas y a jefaturas del Estado, que es creciente la desconfianza de los ciudadanos hacia los intermediarios políticos de los partidos tradicionales.

Por eso, en presencia de estos factores se puede decir que el ciudadano colombiano se abstiene de votar como una forma de protestar, de sentar su inconformidad ante el ambiente de corrupción y de irregularidades que existe en el espectro político.

Valmiro De La Hoz Cantillo