“…Quien no sabe que es una partida, solo vine a conocer la vida cuando se marchó, Se llevó un pedacito de mí, de adentro, nos dejó su sonrisa inmortal sentida Cuando vine a entender el adiós fue cierto se llevó su vida…” una bella poesía hecha canción fúnebre por el inigualable Diomedes Díaz, en términos literarios una Elegía: definida como un poema de lamento.
La actitud elegíaca consiste en lamentar cualquier cosa que se pierde: la ilusión, la vida, el tiempo, un ser querido, así como la pérdida en menos de un año de la vida de tres jóvenes con sueños e ilusiones, del más reciente hasta el primero: Abel Junior Monroy López, Juan Montenegro Orozco y el domingo 18 de octubre 2015 José David Montoya Villeros en similar circunstancias; cortando un futuro promisorio.
Dejan un vacío y profundo dolor en sus amigos en especial sus padres. Lo más difícil en la vida es la pérdida de un hijo, y los más deseado de los padres es tenerlo de vuelta son sentimientos que acompañan en la etapa del duelo, sin embargo los esposos Montoya-Villeros con ese amor y entrega que le dieron a José han podido superar ese dolor con obras sociales y rodeados de su comunidad religiosa que muestran una voluntad inquebrantable de ayudad al prójimo. Muestra de ello es una jornada para los niños wayúu en Uribía:
“Queridos padres humbolistas y comunidad en general: La invitación es a participar en la obra de misericordia; “dar de comer al necesitado”, en la comunidad Alema, ranchería del departamento de La Guajira a 1 hora de Uribía.
La ausencia de los hijos en cierta medida une a todas las madres como es el caso de Rita madre de José, Flor María Orozco, madre de “Cheo”, Sandra Monroy madre de Abel, jóvenes que les arrebataron la vida por un piche celular y de Yulisa una joven que en el cementerio de Soledad expresaba dolor por la muerte de su hijo Yuliam que nació 21 de noviembre y falleció diciembre 7 de 2015, solo 15 días de vida.
Pero la fortaleza espiritual y la presencia en sus corazones jamás se la arrebatarán y sueñan con algún día estar juntos.
Víctor M. Turizo Camaño.
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