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Inexplicable que el Congreso Nacional dedique sus labores a estudiar iniciativas como la de multar a los clientes de las trabajadoras sexuales con el ánimo de acabar en Colombia dizque con la ‘profesión’ más antigua del mundo.
Lo que sí es claro en esta increíble iniciativa es que la prostitución no es un oficio decente y mucho menos una labor profesional.
La prostitución, en forma categórica, es la actividad u ocupación de la persona que tiene relaciones sexuales a cambio de dinero. La prostitución nunca se debe catalogar como una profesión. Un profesional es la persona que generalmente se ha preparado y tiene derecho a recibir una remuneración o salario.
Tampoco representa un oficio, por cuanto quien ejerce esta actividad laboral habitual requiere habilidad manual o esfuerzo físico. Y contrario a lo que dice la sabiduría popular, la primera actividad u ocupación humana fue la de cocinero y no la de prostituta.
Jorge Enrique Giraldo Acevedo