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Después de la tempestad, de la alegría y del fulgor viene la calma; y con ella la realización de que a muchos de nosotros, incluyendo el Gobierno, se nos olvida que nuestra mejor riqueza está en cada uno de los miembros que componen a la sociedad barranquillera; y como tal hay que protegerla.

En Barranquilla, en 2018 se registraron 555 casos de VIH y lo que es aún peor, esta cifra viene con tendencia en aumento desde 2014. Basta ya de campanas frágiles de prevención para tratar de prevenir contagio. Es hora de sentarnos todos los líderes de nuestra comunidad, incluyendo los religiosos, académicos, educadores y profesionales en salud en general a discutir cómo multiplicar esfuerzos y crear espacios que permitan desarrollar intervenciones de prevención con impacto sostenible y prolongado, lo que yo llamaría “abordaje con corazón”.

Barranquilla ha, de manera acelerada, llevado a cabo procesos de desarrollo enfocados por lo general a mejorar la parte cosmética de nuestra ciudad, por lo cual felicito a los que con verraquera se pusieron el cinturón para trabajar en ello, pero cara bonita con corazón destrozado no vale compatriotas.

Así como miramos al mundo para desarrollar ideas o copiar moda, es hora de aprender de ciudades en el mundo que han logrado convocar a líderes de los distintos sectores de la sociedad a mirar la epidemia del VIH con corazón. En la ciudad de New York por ejemplo, existen grupos religiosos organizados que trabajan conjuntamente con el gobierno para llevar a cabo actividades de prevención y detección del VIH.

La atención médica y la educación en salud a cualquier compatriota no puede ser visto como un conflicto de valores, más bien como un derecho que todos tenemos como ciudadanos.

Actividades de detección del VIH es un acto de salud pública que nos beneficia a todos sin distingo de raza, religión o género. El virus no selecciona o escoge el cuerpo a donde quiere habitar, ello puede estar en el torrente sanguíneo de tu padre, madre hermano, el leader religioso, el presidente, el boxeador, el futbolista o el tuyo propio.

Es por lo tanto hora de seguir demostrándole al mundo que cuando Barranquilla se lo propone cambia. Gobierno, toma las riendas y convoca a tu gente a trabajar unidos por el control de la epidemia del VIH más allá de la distribución de condones.

Marta Hernández
Salubrista y docente universitaria en New York.