Daniella Álvarez Vásquez no fue Miss Universo, ha debido serlo, pero fuera de la belleza, la inteligencia y el desenvolvimiento, hay otros factores con demasiada incidencia en esta elección, que no es del caso mencionar ni analizar ahora, pero que todos conocemos.
Daniela Álvarez se merece el título de Reina Universal de la Superación, además de todos los que ya ostenta, que no son pocos para tan corta edad; Srta. Atlántico, Srta. Colombia, y sus títulos académicos y profesionales de Comunicadora Social y Periodista de la Universidad del Norte, especialista en “Desarrollo organizacional y procesos humanos” de la misma institución, y una maestría en Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana. Esto está muy bien y muy plausible, pero no es esto lo que nos ocupa y admira; es su capacidad de superación tan increíble; superar este accidente en su salud con estas consecuencias tan supremamente significativas, importantes e irreversibles, no solo afectadoras de su bella belleza- expresa la redundancia- sino de su vida en general, sus movimientos y su movilidad de por vida, su deporte, su independencia, su afición al baile, su propia seguridad y todo lo que sabemos requiere las dos piernas, por Dios, que clase de criatura es esta con tanta alma, tanto carácter y tanta personalidad para después de semejante episodio verla sonreír como cualquiera, verla dar declaraciones públicas como si lo ocurrido casi fuera en un tercero, verla dar declaraciones de motivación y superación como si fuera una maestra del tema y no la afectada, por Dios que ser tan bendito, que ser tan privilegiado, que orgullo de Barranquillera, que orgullo de Colombiana, que orgullo para el sexo femenino del mundo entero, felicitaciones Daniela, felicitaciones a sus padres, familiares y demás personas que algo hubieran tenido que ver en el forjamiento de esta belleza de criatura como ser humano, felicitaciones Barranquilla en lo poco que nos corresponda.
Hector Asaf Quintero
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