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Nuestro querido país, sin ser alarmista, pero si tratando de ser muy realista, se desvertebra, se desmorona, se cae a pedazos en nuestras narices en todo el territorio nacional, desde Nariño y el Amazonas hasta el golfo de Urabá y La Guajira.

Lo que hemos visto y vivido del 28 pasado hasta la fecha en las principales ciudades del país, con excepción de Barranquilla, no es una protesta de inconformidad ni descontento como tantas otras que hemos visto y vivido, esto es una clara y evidente demostración de enfrentamiento contra nuestro Gobierno, nuestras autoridades y nuestra sociedad, la Reforma a la Salud, la Reforma Tributaria no es más que un pretexto sutil y de buena presentación, al igual que el tema del manejo de la Pandemia y la actual situación económica más delicada de lo normal, son dos temas éstos últimos de carácter diferente, son de carácter mundial y pertenecientes el uno al otro.

Nosotros, los ciudadanos rasos, los del común y corriente, fuera de apoyar a nuestras Autoridades y a nuestro Gobierno, así no fuéramos partidarios de él, sin miramientos políticos de ninguna especie, sin simpatías ni antipatías de colores políticos, tendencias y filiaciones, e igualmente sin desconocer se han dado abusos de autoridad en la aplicación de la fuerza policial en el conflicto, pero que de ninguna manera justificarían más acciones vandálicas, algo debemos hacer los ciudadanos rasos, algo de aporte y contribución para con nuestro país, y nuestro aporte y contribución debe consistir en no abandonar el barco en momentos de probable naufragio, no nos vayamos huyendo de miedo por la situación de inseguridad que se nos muestra, todo lo contrario, enfrentemos la situación, trabajemos más de lo normal, obviamente sin desconocer las dificultades generadas por el Virus, no disminuyamos las actividades comerciales, industriales, profesionales e individuales todo lo contrario, continuemos con más disposición, no bajemos la guardia, no bajemos la cortina antes de tiempo, no tengamos miedo, afrontemos el miedo, es la forma de contrarrestar esta situación que de Protesta no tiene sino el nombre, esto es más un atropello, que una manifestación social de descontento, muy diferente a los vividos anteriormente, aquí hay manos ajenas a los revoltosos de siempre, hay directrices delincuenciales profesionales externas y con mucho dinero de por medio, utilizando a los ingenuos revoltosos de siempre, manos extranjeras interesadas en acabar con la dirigencia gubernamental y empresarial del País, con propósitos macabros no experimentados en este tipo de conflictos hasta ahora, no nos vayamos al extranjero y dejemos regalado nuestro País como nuestro vecino Venezuela, tengamos muy presente a los Georges Soros y otros protagonistas del nuevo escenario político y económico internacional que han cambiado por completo el concepto del manejo de conflictos sociales en países SUB como el nuestro.

Dios quiera, me equivoque.

Hector Asaf Quintero