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Hasta cierto punto creía que nada nos pertenecía exceptuando los recuerdos. pero para nuestro infortunio el Alzheimer los borra. Y ni hablar del mal de Parkinson, ese trastorno neurodegenerativo que arremete sin clemencia al sistema nervioso.

Sin embargo, no haré énfasis en cuanto a las dolencias que afectan a la anatomía del ser humano. Aun cuando las cartas sobre la mesa a exponer tengan algo en particular. Sí, son enfermedades que embisten propiamente al cerebro, me refiero a la injusticia y a la maldad, aunque, quizás, algunos pensarán que eso es tema del corazón, pero, el discernimiento te hace libre, así como mi consigna: El día que mi lápiz dé su paso al costado ese día perderé mi libertad”.

Lo cierto es que cada día cuesta más vivir en un mundo carente de sentimientos, en el que la envidia y la traición están a la orden del día, tal vez más aún que la farsa bandera de la covid-19, donde la mentira juega un papel muy importante en los platos a la carta de la sociedad, teniendo en cuenta que esta es el arma de doble filo del ser humano. Quien teje una mentira construye cimientos de desilusión que paulatinamente se van deteriorando, y es que a decir verdad nos place vivir engañados y engañar. En lo personal, más que ser uno de los pilares que mueve al planeta, es la más grande de las enfermedades, considerando y recordándoles que Satanás es el padre de las mentiras.

Thiago Bettin