Las mujeres de San José de Oriente, al norte del Cesar, nunca han usado tacones. Las calles empedradas y empinadas de este pueblo enclavado en la serranía del Perijá hacen que esta sea una moda negada para ellas; andan en chancletas y zapatos bajitos, incluso para ir a fiestas y eventos elegantes.
A sus 57 años Dorca Solano, nacida y criada en este corregimiento del municipio de La Paz, reconoce que jamás pudo contonearse con zapatillas, ni calzado de ‘puyita’. Al menor intento, las mujeres quedan atascadas entre las piedras, con los tacones rotos o los pies doblados.
'Los vestidos finos quedaban guardados en los escaparates, tampoco podíamos usarlos porque las chancletas o sandalias lisas no eran las adecuadas para esa ropa', sostuvo.
Elida Rosa Salcedo, es otra lugareña; dice que algunas jovencitas para ir a un quinceañero se llevaban los tacones en una bolsa, llegaban a una casa vecina del festejo para cambiarse las chancletas y entrar luciendo zapatos altos, como toda una novedad. Al terminar, volvían a quitárselos, y regresaban a sus casas en chanclas.
'Llevo 55 años viviendo en San José de Oriente, aquí el calzado alto no se usa porque hay muchas piedras y las calles son de subida y bajada', sostiene.
Los zapatos con tacones permanecen archivados.
Mairesol Rangel, tiene un almacén en San José de Oriente, señala que en el pueblo no se venden zapatos con tacones porque las mujeres no los usan. 'Para alguna ocasión especial, la gente los compra en Valledupar, pero aquí por las condiciones de las calles no se puede andar con ellos, una vez una cuñada mía compró unos tacones, le costaron 150.000 pesos para un 31 de diciembre, salió a visitar a unos familiares y dejó enterrado un zapato entre las piedras'.
'En San José lo que más se venden son las chancletas o zapatos lisos', dijo. A veces realiza promociones y baja los precios del calzado para no tener que ir hasta la ciudad a comprarlos, pero los tacones no tienen salida.
Miriam Carranza, vive en este pueblo hace 30 años, y en todo este tiempo siempre ha usado chancletas o sandalias. 'Solo para eventos especiales algunas se ponen zapatos altos, después se los quitan, porque las calles no permiten andar con ellos'.
Por eso es común verlas caminar, ir de compras, asistir al médico, trabajar, visitar a familiares o cualquier otra actividad cotidiana en chancletas y zapatos sin tacón.
Las mujeres deben andar en chancletas y zapatos bajos.
Las mujeres mandan en su moda
Roberto Arévalo, es un habitante de San José de Oriente, señala que ya se volvió normal ver a las mujeres de su pueblo con zapatos bajitos. 'Ellas mandan en su moda y se ponen lo que quieren, por eso algunas se colocan los tacones, pero las piedras se los pelan'.
Carlos Pulido, tiene 60 años de vivir en este corregimiento, señala que ver mujeres con tacones, es como si tuvieran guayos de fútbol en pavimento. 'Esos con este terreno son enfermizos, les daña los riñones, entonces ellas prefieren andar en chancleta y eso es cotidiano para la gente de aquí'.
A Carmen Elena Navarro, ya se le fue la juventud, dice que 'las mujeres de acá no usábamos tacones porque casi no podíamos sostenernos, una vez me los puse y se me dañó el zapato. Las calles son empedradas, pero el pueblo comenzó a cambiar'.
Mujeres sanas y con buenas piernas
Pero si la topografía del pueblo les impide estar a la moda, también es cierto que las ha privilegiado. Subir y bajar calles empedradas en su mayoría, hacen que las mujeres de San José de Oriente, gocen de un estado físico comparable con las que en la ciudad acuden al gimnasio.
'Aquí hay muchas jovencitas que tienen buenas piernas para modelo, para un reinado, y hasta las seleccionan', afirma Elida Salcedo. Según registros de la secretaría de Salud de La Paz, las mujeres de San José, son las más sanas del Municipio.
El secretario de Salud local, Josué Gutiérrez, manifestó que 'la parte epidemiológica no muestra ninguna relación entre las calles empinadas y empedradas de San José de Oriente con enfermedades renales u ortopédicas. Cuando uno camina en pendientes, hay que hacer un mayor esfuerzo muscular, pero esto lo que ha hecho es fortalecer las piernas en las mujeres'.
José de Oriente es un corregimiento del municipio de La Paz, enclavado en la serranía del Perijá, al norte del Cesar.
'No tenemos registro que por las calles empedradas haya consultas en San José de Oriente. Son mujeres fuertes, sanas porque están en constante ejercicio, subiendo y bajando, lógicamente usando los zapatos adecuados para esta clase de calles', puntualizó.
Las cosas empiezan a cambiar
Por mucho tiempo, San José de Oriente fue un pueblo en el olvido por parte de los mandatarios municipales. Ahora, tienen un alcalde oriundo de la localidad, Wilson Rincón, quien emprendió la tarea de pavimentar las calles. Ya comenzó con la vía principal.
Elida y Dorca, coinciden en que las cosas han cambiado. La calle central del pueblo está siendo pavimentada con una placa-huella, sector que se ha vuelto más popular, porque ahora las muchachas y mujeres del pueblo comenzaron a lucir los zapatos elegantes. Los hombres se apuestan en las esquinas para verlas pasar.
'Con estas calles las mujeres van a cambiar la forma de salir a pasear', sostuvo Elida, quien guarda la esperanza de lucir los tacones que había tenido guardados por mucho tiempo.